sábado, 9 de marzo de 2024

Lo maravilloso de la oración


Lo maravilloso de la oración es hablar y escuchar a Dios.
Si una persona de alto rango, fuese invitado por el rey o el presidente de su país, no primer ministro, no por el presidente, o por un eximio premio Nobel científico, a comer con él, en camaradería, a charlar como amigos, esa persona se sentiría el ser más afortunado, sí esa persona fuese de baja clase social, mucho más, y no digamos si hubiese sido enemigo de la egregia persona que lo invitaba a estar como amigos
Pues bien todo eso es nada, comparado con la oración
Lo hermoso de la oración no son las plegarias, no es obtener lo que se pide, cuando es oración de petición, no es salir en paz, ni esto ni lo otro
No que lo demás no suceda a veces
Lo maravilloso es que Dios, el Trascendente, El Omnipotente, se aviene a hablar conmigo, que a su lado soy menos que el piojo que cupiese en la cabeza de un piojo; yo que le ofendo, y lo preciso para ofenderle, se abaja a hablarme, a escucharme
Esa sí es una Audiencia y una Charla de categoría
Lo otro pues hombre dependería sí no había nada importante en la tele