Cuando la vida termina en la tumba. Job 17
Muchas personas se imaginan a Job como a un señor que acepto los males que Dios le envío, o permitió, y que se limito a decir.
“Dios me lo dio, Dios me lo sacó, bendito sea su Nombre”
Pero eso es falso, es verdad pero si nos quedamos ahí, es un Job falso
Job es un hombre, en realidad es una historia ejemplar, en la que el justo inocente, que sufre, se enfrenta a Dios, acepta su voluntad, pero al mismo tiempo, como hace Jesús en La Cruz, en realidad él es el “verdadero Job”, y pregunta por qué de su sufrimiento, y se enfrenta a sus amigos, que le quieren hacer ver que “algo malo habrá hecho”
Porque a él la conciencia no le recrimina, y hace pasar su vida ante sí, para ver si encuentra una injusticia
Y, entonces se pregunta, para qué su vida, si el final va ser, el convertirse en un plato para gusanitos, de que vale la vida, el sufrimiento, ni siquiera la buena vida, si todo acaba en la tumba.
Job pone delante de los creyentes de su época y de todas. La gran verdad si la vida termina al morir. Entonces la vida es una mierda. La sola presencia de la muerte, ya la desvaloriza