No hay reconciliación sin
sacrificio
No hay reconciliación sin ningún
tipo de coste, cuando una amistad se ha roto, se ha resquebrajado en cierto
modo, no se soluciona con un mero lo siento, el que ha causado la ruptura,
tiene no que compensar, pero si manifestar de algún modo que le pesa, y, eso
tiene que ser algo que le cueste
En la ruptura con Dios en el
pecado, nada hay que podamos dar, pues todo lo que tenemos es de Dios, incluso
cuando estamos alejados, no perdemos la condición de criaturas, y, no es que
Dios precise, es que lo exige la justicia, y, nuestra propia dignidad, nada
hay, los judíos antiguos ofrecían animales, pero sabían bien, que eso no vale
para nada, Dios no come animales
Gracias a Dios, el mismo
soluciono nuestro problema, por medio de un hombre cuyo Sacrificio acepto, y,
ese hombre se apropia de nuestros actos, si le dejamos y queremos, los hace suyos, y, eso sí podemos ofrecerlo a
Dios y él lo acepta y nos reconcilia consigo
Porque ese hombre es su Hijo, no
Hijo adoptivo, Hijo natural, pues además de ser hombre es Dios, la Segunda
Persona de la Divina Trinidad
Y, eso es lo que sucede en La
Misa
Y, en cada sacramento, pero de
modo especial cada vez que recibimos el sacramento de la Penitencia