¿Conocer a Dios no es amarle?
Así titulaban su escrito unos
bloguistas en Religión en libertad, firman como los 3 Mosqueteros, y, suelo
leerlos porque me gustan, decían que uno puede conocer a su mujer y no amarla,
pues sí; bueno tampoco en realidad no amamos como debiéramos a los demás,
porque no los conocemos profundamente, algo imposible, al ser imágenes de Dios.
Pero es que aquí no estamos hablando
de un ser humano genial, sino de Dios del enteramente Otro
Para empezar hay que dejar
claras 3 cosas, que a estos buenos
amigos se les paso por alto
Primero conocer a Dios no es ser
Doctor en Sagrada Teología, tener muchos conocimientos, datos sobre la
divinidad
Segundo conocer a Dios tiene
relación, con la palabra “conocer” en La Biblia
Tercero exceptuando a Jesús,
ningún ser humano puede conocer a Dios en esta tierra
Y, ahora empiezo a desarrollar lo
que he puesto arriba
Nuestros conocimientos sobre Dios
siempre serán imperfectos, pues Dios es infinito, nosotros finitos, y, como
decía mi querida viejita, “la madrina Obdulia”, no se puede meter La Habana en
Juana Bacoa, o como le dijo el ángel a Agustín, no se puede meter el océano en
un agujerito, en la arena. Por eso el mismo Agustín dice, que después de hablar
sobre Dios tenemos que pedir perdón por lo que hemos dicho, pues nada de lo que
dijimos es cierto, y, al hablar de nuevo tenemos que decir lo mismo, porque es
la verdad que conocemos, o como dirá San Pablo, nuestro conocimiento es
imperfecto, por eso un teólogo puede ser mucha teología sobre Dios, muchos
datos, pero no lo conoce mientras que una mujer o un hombre analfabeto que vive
en Gracia, si lo conoce, imperfectamente, pero si lo conoce
Conocer a Dios tiene relación con
la palabra “conocer” en La Biblia, y, en la Biblia la palabra conocer se usa
para referirse al acto sagrado en intimo por el cual los esposos se unen para
manifestarse su amor mutuo, y si Dios quiere crear vida, esto los místicos lo
entendieron muy bien, y, Teresa de Ávila lo expresa en el Castillo interior o
las Moradas, es una unión tan estrecha del alma con su Creador, que es como si
fueran uno solo, en la que el alma percibe a su Creador lo siente, y, goza de todo
en Él lo “ve”, como dirá Pablo o mejor como dice El Espíritu Santo, ahora vemos
como en un espejo, entonces conoceré como soy conocido, porque Dios ya esta
unido a nosotros, vive en cada uno, pero nosotros como meras criaturas no
estamos unidos a Él
En la tierra exceptuando a Jesús,
ningún ser humano puede conocer a Dios, porque en la tierra Dios sólo nos
muestra su espalda, es decir lo vemos en su creación, pero la creación sobre
todo la que llamó su imagen a veces empaña esa figura divina, lo vemos en la
conciencia, pasa lo mismo, lo vemos en La Iglesia, ahí esta como la hemos
puesto, lo vemos en los santos, si pero no todo en ellos fue santo. En La
Biblia, pero está escrita por seres humanos, solo en Jesús vemos a Dios, pero
es que en Jesús que además de un buen chico es Dios, la divinidad al leer los
Evangelios se nos da envuelta en la carne, en la humanidad
Por eso, en esta tierra salvando
gracias extraordinarias que en momentos Dios haya concedido a alguno de sus
hijos, no podemos conocer a Dios, y, él que diga que sí, porque sabe un montón
de cosas, tenga cuidado porque se ha fabricado un ídolo
En el Cielo que como todo el
mundo sabe, no es un lugar sino el mismo Dios Uno y Trino, si conoceremos a
Dios, como somos conocidos por Él, lo conoceremos en Jesús, cuyo Cuerpo
glorificado ya no oculta la divinidad, estaremos unidos a Él como Él está unido
a nosotros, serán las bodas eternas, y, dado que Dios es Amor, al estar unidos
al Amor no podremos más que amarlo. Pues su Amor penetrará cada uno de nuestros
poros glorificados
Mientras podemos ensayar y amar a Dios es cumplir su
voluntad, y, cumplir su voluntad es conocerlo
Saber cosas, tener títulos de
teología ayuda, pero sin la Gracia no vale para nada
Pues que Dios nos ayude a amarlo.
A.