La Escritura nos lleva a Jesús y
Jesús se nos revela completamente en la Eucaristía, y, la Eucaristía nos remite
a la Iglesia
La Escritura medita, orada y escuchada(leída) en La
Iglesia, nos lleva a Jesús, desde el AT que nos muestra como lo
esperaron, como vivieron para preparar su venida, como sería, hasta el NT que
nos lo presenta ya realizado, y de nuevo nos manda al Viejo Testamento, para
ver como hemos de preparar su Segunda venida, en La Biblia descubrimos a Jesús,
y, si no, lo descubrimos es que hemos ido a la Biblia como a un clásico, y, esa
lectura de entrada no vale mucho
Pero a Jesús no lo conocemos
plenamente por La Biblia, la Biblia nos lleva a Él, y, nuestro corazón queda ardiendo, pero si quedamos ahí solo,
eso pronto será algo del pasado, por eso hay que ir a La Eucaristía, donde
Jesús se nos revela completamente, como el Verbo encarnado, como el Dios Amor,
como el amigo enteramente humano, y, enteramente divino, como Quien nos amó
hasta el extremo, y, no queda ahí, sino que La Eucaristía nos remite, nos envía
a la Iglesia, porque sin Iglesia no hay Eucaristía, y, nos lleva a dar gracias
a Dios, que eso significa “Eucaristía”, y, a sentir la necesidad de que todos
seamos Uno, para que el Cuerpo de Cristo no este herido