domingo, 7 de abril de 2019

Leyendo la Biblia otra forma de ver a Tomas






Leyendo la Biblia otra forma de ver a Tomás

La figura del Apóstol Tomás, puede ser vista desde muchos ángulos, hoy quiero verla, como figura bíblica que me cuestiona

No son muchas las referencias que hay de Tomás en los evangelios, pero con lo que hay, tengo suficiente

Cuando Jesús, según el Evangelio de Juan decide ir, a Betania a “despertar” a Lázaro, y, los otros le advierten del peligro que corre su vida, Tomás dice, vayamos nosotros también y muramos con él

Es la decisión del discípulo de permanecer con su Maestro a las duras y las maduras, aunque después cuando la vida de Jesús corrió peligro de verdad, Tomás huyera como todos, pero la intención inicial era buena, si era esa, porque también podía ser una forma irónica  de decir, “nosotros no debemos ir”, pero me quedo con la segunda

Todos los cristianos  y, si no es que no lo somos tenemos deseos y estamos dispuestos a dar testimonio de Jesús, aunque salvo los mártires  y eso es una gracia, pues se quede todo en agua de borrajas

Después ya no “vemos más a Tomás”, hasta que Jesús en la Cena pascual, les dice, que para donde va, ya saben el camino

Es aquí cuando Tomás, le dice que no saben a dónde va, como van a saber el camino
Y, aquí la pregunta de Tomás es un aviso de que no bastan buenas intenciones, si quiero ser cristiana tengo que poner los medios, y, entre ellos está la formación continua, para  precisamente saber a dónde voy, por donde ir, y, que nadie me equivoque el camino o me saque de senda.

Gracias a la pregunta de Tomás

Jesús dio la respuesta, “Yo soy el Camino, La Verdad, y, La Vida, nadie va al Padre sino por mí”

Ahora ya sé que cualquier medio que no me lleve a Jesús, que me alejé de él que no lo ponga en primer, medio y último lugar, es perdida soberana de tiempo, incluida la novena a Nuestra Señora de las nubes blancas, o, a San Petronilo, si no me lleva a descubrir a Jesús, lo que me pide, lo que le debo, si del modo que sea no me lleva a Jesús, sino a pedir las tonterías que yo quiera que puede que desde el punto de vista humano, para mí no lo sean, pero comparado con el conocimiento de Jesús lo son, es perdida soberana de tiempo, y, lo mismo si en la Biblia no lo busco, si de la Eucaristía hago un ídolo, se salva la ayuda al hermano, y, esto por decisión del propio Jesús

Ahora gracias a Jesús sabemos que para ir a Dios tenemos que hacer lo que Él hizo, lo que nos manda, lo que nos dice en La Escritura y en la Iglesia

Que no podemos falsear la Verdad que es negar su Evangelio, negar La Escritura La Palabra que es el mismo, yendo contra lo que Dios ha revelado, y, nos muestra ya en la naturaleza

Que tenemos que amar y defender la vida, para así merecer La Vida

Todo esto gracias a Tomás, que no sé quedo callado como sus amigos, y, ahora estaríamos volviéndonos locos pensando que habría querido decir Jesús

Por fin la última vez que vemos a Tomás, es después de resucitar Jesús, Tomás no cree a sus amigos, y, dice que no creerá hasta que toque a Jesús sus heridas, esto ya es de agradecer pues tumba lo de la locura colectiva

Pero hay mucho más, Tomás no se encuentra con Jesús en el camino, en una sinagoga, en el Templo, Tomás se encuentra a Jesús cuando está con los otros 10, es decir en La Iglesia, y, es que a Jesús sólo se le encuentra en La Iglesia, no en la iglesia, y, si se encuentra fuera, te manda enseguida para La Iglesia donde esta Pedro

Y, Jesús se pone a disposición de Tomás, le muestra sus heridas, le dice que lo toque

Y, es que Dios, el Dios humanado Jesús, no se opone  a que lo toquemos, a que reflexionemos, pensemos, estudiemos Las Escrituras, La teología, Los Padres, no, nos quiere con fe de carbonero, pero quiere que sepamos reconocer cuando hemos de bajar la cabeza, y, que lo busquemos en los otros, que son cuerpo y carne suya como dijo nuestro Papa Francisco

Tomás, cae ante Jesús, y, proclama, “Señor mío y Dios mío”, es la única vez que en el NT, Jesús es llamado Dios, Hijo de Dios sí, pero Dios no,  ahora sabemos que es lo mismo, pero sin esta confesión de Tomás no lo sabríamos

Jesús le responde, “Tomás crees porque me has visto, bienaventurados los que sin ver creen”,  pero es que pensándolo  bien Tomás también creyó lo que no veía que Jesús era Dios, no simplemente el Mesías de Israel, tratado por Dios como un Hijo, al que Dios había resucitado, sino el mismo Dios de Israel, y, eso no lo veía pues la humanidad gloriosa de Jesús, pero con las heridas oculta su divinidad hasta que estemos en La Casa del Padre, es decir en el Padre, asi que ahí Tomás fue bienaventurado pues creyó y confeso lo que no veía, al ver a su Maestro Resucitado

Y, es que el trato con el Hombre Jesús, si nos dejamos llevar por el Espíritu Santo, nos lleva a descubrir al Jesús Dios

Santo Tomás Apóstol ruega por nosotros