Leyendo la Biblia otra forma de
ver a Tomás
La figura del Apóstol Tomás,
puede ser vista desde muchos ángulos, hoy quiero verla, como figura bíblica que
me cuestiona
No son muchas las referencias que
hay de Tomás en los evangelios, pero con lo que hay, tengo suficiente
Cuando Jesús, según el Evangelio
de Juan decide ir, a Betania a “despertar” a Lázaro, y, los otros le advierten
del peligro que corre su vida, Tomás dice, vayamos nosotros también y muramos
con él
Es la decisión del discípulo de
permanecer con su Maestro a las duras y las maduras, aunque después cuando la
vida de Jesús corrió peligro de verdad, Tomás huyera como todos, pero la
intención inicial era buena, si era esa, porque también podía ser una forma
irónica de decir, “nosotros no debemos
ir”, pero me quedo con la segunda
Todos los cristianos y, si no es que no lo somos tenemos deseos y
estamos dispuestos a dar testimonio de Jesús, aunque salvo los mártires y eso es una gracia, pues se quede todo en
agua de borrajas
Después ya no “vemos más a
Tomás”, hasta que Jesús en la Cena pascual, les dice, que para donde va, ya
saben el camino
Es aquí cuando Tomás, le dice que
no saben a dónde va, como van a saber el camino
Y, aquí la pregunta de Tomás es
un aviso de que no bastan buenas intenciones, si quiero ser cristiana tengo que
poner los medios, y, entre ellos está la formación continua, para precisamente saber a dónde voy, por donde ir,
y, que nadie me equivoque el camino o me saque de senda.
Gracias a la pregunta de Tomás
Jesús dio la respuesta, “Yo soy
el Camino, La Verdad, y, La Vida, nadie va al Padre sino por mí”
Ahora ya sé que cualquier medio
que no me lleve a Jesús, que me alejé de él que no lo ponga en primer, medio y
último lugar, es perdida soberana de tiempo, incluida la novena a Nuestra
Señora de las nubes blancas, o, a San Petronilo, si no me lleva a descubrir a
Jesús, lo que me pide, lo que le debo, si del modo que sea no me lleva a Jesús,
sino a pedir las tonterías que yo quiera que puede que desde el punto de vista
humano, para mí no lo sean, pero comparado con el conocimiento de Jesús lo son,
es perdida soberana de tiempo, y, lo mismo si en la Biblia no lo busco, si de
la Eucaristía hago un ídolo, se salva la ayuda al hermano, y, esto por decisión
del propio Jesús
Ahora gracias a Jesús sabemos que
para ir a Dios tenemos que hacer lo que Él hizo, lo que nos manda, lo que nos
dice en La Escritura y en la Iglesia
Que no podemos falsear la Verdad
que es negar su Evangelio, negar La Escritura La Palabra que es el mismo, yendo
contra lo que Dios ha revelado, y, nos muestra ya en la naturaleza
Que tenemos que amar y defender
la vida, para así merecer La Vida
Todo esto gracias a Tomás, que no
sé quedo callado como sus amigos, y, ahora estaríamos volviéndonos locos
pensando que habría querido decir Jesús
Por fin la última vez que vemos a
Tomás, es después de resucitar Jesús, Tomás no cree a sus amigos, y, dice que
no creerá hasta que toque a Jesús sus heridas, esto ya es de agradecer pues
tumba lo de la locura colectiva
Pero hay mucho más, Tomás no se
encuentra con Jesús en el camino, en una sinagoga, en el Templo, Tomás se
encuentra a Jesús cuando está con los otros 10, es decir en La Iglesia, y, es
que a Jesús sólo se le encuentra en La Iglesia, no en la iglesia, y, si se encuentra
fuera, te manda enseguida para La Iglesia donde esta Pedro
Y, Jesús se pone a disposición de
Tomás, le muestra sus heridas, le dice que lo toque
Y, es que Dios, el Dios humanado
Jesús, no se opone a que lo toquemos, a
que reflexionemos, pensemos, estudiemos Las Escrituras, La teología, Los
Padres, no, nos quiere con fe de carbonero, pero quiere que sepamos reconocer
cuando hemos de bajar la cabeza, y, que lo busquemos en los otros, que son
cuerpo y carne suya como dijo nuestro Papa Francisco
Tomás, cae ante Jesús, y,
proclama, “Señor mío y Dios mío”, es la única vez que en el NT, Jesús es
llamado Dios, Hijo de Dios sí, pero Dios no,
ahora sabemos que es lo mismo, pero sin esta confesión de Tomás no lo
sabríamos
Jesús le responde, “Tomás crees
porque me has visto, bienaventurados los que sin ver creen”, pero es que pensándolo bien Tomás también creyó lo que no veía que
Jesús era Dios, no simplemente el Mesías de Israel, tratado por Dios como un
Hijo, al que Dios había resucitado, sino el mismo Dios de Israel, y, eso no lo
veía pues la humanidad gloriosa de Jesús, pero con las heridas oculta su
divinidad hasta que estemos en La Casa del Padre, es decir en el Padre, asi que
ahí Tomás fue bienaventurado pues creyó y confeso lo que no veía, al ver a su
Maestro Resucitado
Y, es que el trato con el Hombre
Jesús, si nos dejamos llevar por el Espíritu Santo, nos lleva a descubrir al
Jesús Dios
Santo Tomás Apóstol ruega por
nosotros