La Ley de Dios me muestra el
camino
La Ley de Dios me muestra, nos
muestra el camino
Por medio del Decálogo entregado
a Moisés, inscrito en nuestra conciencia, Dios nos dice lo que tenemos que
hacer para ser felices, para agradarle a Él, pero es que Dios es la misma
felicidad, y, lo que quiere es la nuestra, los mandamientos no son ordenes caprichosas de un tirano, son
mandatos amorosos de un Padre Madre de Amor infinito.
Todos los seres creados, tienen
unas leyes impresas en su naturaleza, y, las observan sin desviarse ni a
derecha ni izquierda el ser humano
también lleva esas leyes impresas, pero además de las impresas en su ADN, lleva
una Ley superior impresa en su conciencia
Si la observásemos, mirando sólo
para este mundo, los psicólogos no tendrían trabajo
Las consultas de psiquiatría y
las cárceles estarían vacías
Para ser felices sólo tenemos que
cumplir los mandamientos
Pero hay más, en las leyes
humanas, si uno se acusa de un delito lo meten en la cárcel
Si uno va a un psicólogo porque tiene
conciencia de culpa, por el motivo que sea, el psicólogo, le ayuda a echar balones fuera, es decir a
reconocer que no tuvo culpa, que fueron las circunstancias, vamos que es un
pendejo. Con Dios no, al revés, cuando uno reconoce su culpa su pecado y se
acusa de ello, Dios le da su perdón, que ya tenia dispuesto, y, uno sabe que
obro mal, pero sale con el perdón restablecido, diciendo con David
“había pecado lo reconocí
Y, confesé mi culpa al Señor
Y, tú perdonaste mi culpa y mi
pecado”
Vamos que no somos felices porque
no queremos