La llamada a la santidad es para todos
Para todos, no sólo para los cristianos, ni los judeo
cristianos, para todos, por la sencilla razón de que la santidad, es pertenecer al enteramente
Santo, al único Santo, a Dios
Dios nos hizo una primera llamada que renueva en cada
instante hablando a nuestro modo, que es la llamada a la existencia
Teniendo en cuenta que no le somos necesarios, nos llamo a
la existencia nos creo, para ser felices, pero sólo podemos ser felices estando
con Él, y, en Él para siempre, eternamente, siendo eternamente suyos,
gozándonos en Él, conociéndolo, todo lo que un ser finito, puede conocer al ser
infinito, y, eso es la santidad, que es un regalo, pero ofrecido a todos, solo
tenemos que decir que sí, con la vida, con las palabras también, pero sobre
todo con la vida
Y, lo empezamos aquí, con altibajos, al final la decisión
será nuestra, pero Dios sin violentar nuestra libertad para ello nos hizo
libres, y, no podríamos ser su imagen sin serlo
Hará que digamos sí, pero si nuestra obstinación es en el
no, y, optamos por ser réprobos, seremos los únicos responsables
Si, llegamos a lo que Dios quiere, a santos, no será por
nuestros méritos, pues el premio es el mismo Dios y eso no lo merece nadie,
sino que llegaremos por los méritos de Jesús, sólo los suyos, él si merece,
pues como hombre es también hijo natural de Dios
Y, el ateo puede llegar a santo, es decir a vivir en
plenitud con Dios, pues si se deja aunque sea sin saberlo llevar por Dios,
busca a Dios es decir La Verdad, La Justicia, La Vida, si claro que sí, será de
esos que vienen de Occidente y de Oriente y se sientan en la mesa, con Abraham
y Jacob
Y, el católico de la cofradía del Cristo de la Buena Muerte,
puede acabar como un réprobo, si, si rechaza la salvación que Dios le brinda,
no se convierte, desprecia los sacramentos, no observa La Ley de Dios,
justifica el aborto, la eutanasia etc.
será de los que dice, el Evangelio, son echados fuera, y, de esto sí, será
responsabilidad suya, por idiota
Pero Dios quiere que el ateo y, los católicos, lleguen ambos
a la plena santidad, y, por Dios no va quedar
Ahora cada uno elegimos