Era Isaac él que debía ser inmolado, Dios dio al Cordero, dio a su Hijo. Dios es así. Genial como ninguno
Los sacrificios humanos en el mundo antiguo, salvo los judíos eran una costumbre popular
Dios, los dioses tenían derecho, a pedir el hijo que habían dado. Así que sí, Dios tenía derecho a pedir el hijo a Abraham, era suyo, claro que Dios no hace eso, sí quiere el hijo de Abraham lo toma, de hecho llegó un día que lo tomó
Pero si quiere exigir a su siervo Abraham la prueba de amor de entregarle al hijo que le confirma la promesa, puede hacerlo. Nadie manda en Dios
Así que visto así, Isaac debía ser inmolado, Dios lo había sentenciado, pero Dios detiene el Sacrificio, y ofrece un cordero, un cordero enredado en una zarza
Al AT hay que ir con gafas, las gafas del NT, ese Cordero que está ahi envuelto en espinas, y cuya vida, va suplir la de Isaac, no es un cordero cualquiera, sí el de Abraham, sí pero lo que simboliza para nosotros es el Cordero que presenta Juan Bautista.
“El Cordero de Dios” él que saca el pecado del mundo, ese Cordero que su padre, ofrece en Sacrificio, en lugar de Isaac, pero ese Padre ya no es Abraham, es el mismo Dios, que ofrece su propio Hijo, hecho Hijo de Abraham, hecho Hijo de Adam, en lugar del Isaac, e Isaac ya no es solo Isaac, el que Abraham tuvo de Sara, somos todos y cada uno de los seres humanos, Dios ofrece la vida de su propio Hijo, para rescatarnos.
Así es nuestro Dios genial, sin parangón entre los dioses de los paganos, que solo son basurilla.