En la verdad no hay mentira, y si la hay no es verdad. Hay un refrán que dice que una verdad a medias es peor que una mentira, en realidad una verdad a medias, ya es una mentira, la verdad jamás convive con la mentira
Por eso cuando uno no vive como debe, como confiesa con su fe, está negando su fe, está aunque diga que cree en Dios, está diciendo que no hay Dios.
Y sí uno sirve a los poderes del mundo, les obedece antes que a Dios, y por encima suya, sí solo busca acumular para este mundo, incluso los que se hacen tumbas lujosas, demuestra aunque luego diga otra cosa, que no cree que Jesús es el Señor, cree que lo son los poderosos de este mundo, que no cree en La Vida del Reino de Dios, que no espera la Resurrección, vive la mentira, aunque diga verdad al confesar su Fe, la vuelve mentira, porque en la verdad no puede haber mentira, y si la hay es que ahí no hay verdad.