Sin la vida eterna, sin resurrección la vida terrena es un absurdo, y, el sentido de justicia desaparece
Entiendo a los saduceos de la época de Jesús, ellos creían en Dios, pero no en los ángeles, ni espiritas, ni alma, ni continuación de la vida, tras la muerte
Por lo cual, todo había de recibirse aquí
Y, sinceramente, no hay que pensar mucho, basta para no ir ciego por la vida, para ver, que aquí, planeta tierra, el poderoso aplasta al débil, tan pronto puede, el pez grande se come al chico, la justicia brilla por su ausencia, depende de las leyes de los hombres, y, esas leyes se hacen siempre para favorecer al que mas convenga, la justicia no existe, en la tierra, lo más justo es lo más injusto
Muchos inocentes han pagado culpas que no tenían
Los malvados, si tienen poder, y, dinero salen siempre a salvo
Muy injusto sería Dios, si dejará esto asi, si el premio fuera igual para todos la muerte
Además, para que portarse bien, guardar el decálogo, si de la muerte no te libraba nadie, lo más sensato, sería vivir lo mejor que se pudiese, y, si para ello había que pisotear al prójimo, pues, “lo siento por el prójimo”
Por ello entiendo a Caifás, a Anas, que buscaron la muerte de Jesús, porque sus enseñanzas, ponían fin a sus privilegios, que era todo, lo que pensaban que tenían
Y, entiendo a todos los que piensan de tejas para abajo
No, a los que nos llamamos cristianos, y, sabemos que La Vida sigue, tras el paréntesis de la tumba, y, que Dios si hace justicia, mejor dicho es Justicia