Aunque el pecado se perdone sus raíces quedan, sólo Dios puede arrancarlas todo, pero quiere mi colaboración
Cuando Dios perdona lo hace de verdad, no es un cicatero como nosotros, nos perdonó, pues para él ya esta todo olvidado, Dios no tiene memoria, lo tiene todo presente, como el pecado fue borrado ya no existe para él
Pero para mí, para ti, para nosotros quedan sus raíces, sobre todo, cuando son pecados repetitivos, que hacen que sean más fáciles las caídas, no que no se pueda vencer la tentación con la gracia de Dios, pero si que cuesta más
Ahí aparece el llamado defecto dominante, contra él que cada uno debe luchar no solo, ni con psicólogos, sino con la oración, y, los sacramentos, porque con Dios acabará venciéndolo arrancándolo, cuando Dios tenga previsto, porque “estas raíces medio podridas”, ayudan a crecer al árbol de la santidad, unidos a Jesús, el único Santo