jueves, 13 de junio de 2019

La necesidad de La Cruz


La necesidad de La Cruz
El título original que es de Abel, es muy grande, lo pongo ahora
“De la necesidad divina de salvarnos por La Cruz, de Abel”
Llevo varios días leyéndolo, y meditándolo, me ha gustado tanto, que voy imprimir copias para repartir
Me he dejado lo sé muchas cosas en el tintero, pero es que no se agota en una lectura, sinceramente felicito al Autor, a Abel, no, “pobrecito”, sólo instrumento, yo felicito, al Espíritu Santo
Y, ahora voy tratar de resaltar, aquello que más me llamó la atención, y también mi patita
Lo primero
Es el tratar de desarrollar, “el por qué”
Y, es que La Cruz siempre será un misterio, un escándalo como lo llamaba Pablo, tal vez por eso, algunos no quieren ver crucifijos, les molesta, y a lo mejor les molesta por nuestra hipocresía, porque mucho mirar crucificados de mentira, mientras torcemos la cara, a los crucificados, de ahora; tal vez digo
Pero el caso es que no sabemos, por qué ese fue el modo de nuestra Redención; y, es lo primero que te quiero agradecer Abel, que al contrario de otros colegas tuyos, que salen con aquello de “si Dios supiera de otro modo, mejor lo habría usado”, tú lo dejas en el misterio
Y, es que la razón, de la Cruz, sólo se nos revelará en la Parusía, desde luego, La Cruz opone La Sabiduría de Dios, a nuestra necedad, pero también la obediencia, casi me atrevo a decir, la obediencia de Dios a Dios, porque aunque la voluntad sometida al Padre, en Jesús es la humana, siendo Persona divina, esa voluntad es en cierto modo divina, y digo la opone, porque es el contrapunto a nuestra desobediencia que empezó en el origen de la humanidad en el Paraíso

El  2º punto que destaco es donde dices
Que Dios avala nuestro saber
Dios no, nos quiere ignorantes, pero tampoco curiosos al estilo gato, no quiere que olvidemos lo que somos, criaturas
Podría decir que Dios apoya el avance científico, pero hay avances científicos que no han sido ni son para bien, esos Dios no los puede querer, y, Dios quiere que investiguemos
Pero yéndome al Paraíso
Todos los árboles nos fueron dados, sólo el árbol de la vida, y, el árbol de la ciencia del bien y del mal
Y, es precisamente ahí, donde más metemos la pezuñita
Hay terrenos en lo que el ser humano no debía ni entrar, pero queremos ser como Dios, y acabamos siendo como el diablo
El tercer punto, o mejor dicho la tercera conclusión que extraigo
 “Tal vez ahí este nuestro pecado, desde el paraíso,  a la torre de babel, símbolos de todos”
Me refiero al pecado original
En el Paraíso, aparte de poner más fe a una criatura, que a Dios, el querer abarcarlo todo, tomarlo todo, hacernos el Absoluto, que nada quede fuera de nuestro dominio, cuando ya se nos había puesto casi todo bajo nuestro dominio, precisamente ese quererlo todo, hizo que “nos viéramos desnudos, y en la calle”
La Torre de Babel, tal vez si existió realmente que me importa un pimiento, el zigurat de 7 plantas, símbolo de la forma de concebir el Cielo, la divinidad, o divinidades
Llegar a tener pleno dominio sobre todo, llegar a lo que sólo puede llegar la Divinidad, a lo que es propiedad de Dios en exclusiva
Hoy seguimos en lo mismo, y no hace falta hacer lista de ejemplos, que los hay de todo tipo, y para todos los gustos
Queremos ser como Dios, ya, no nos preguntamos, ¿Esto es lícito, esto es bueno?, si, no esto es posible, confundiendo poder con deber

El  4º La cruz locura  de Dios
Si, realmente Pablo, y, tú tenéis razón
La Cruz es sobre todo, la Locura de Dios, la locura de un Dios enamorado, que en lugar de destruir al hombre, de dejarnos a nuestra suerte
Se hace carne, carne de pecado, y, viene a nosotros sabiendo no sólo que lo vamos a rechazar, sino que lo vamos a crucificar, viene hacerse “maldición” Él que es Bendito por los siglos de los siglos amen”; para que nosotros “los malditos” seamos benditos
Viene a poner su Humildad frente a nuestra soberbia
Su Obediencia frente a nuestra rebeldía
Y, Pablo decía que le bastaba saber, “A Cristo, y este Crucificado”
Crucificado y resucitado, porque sí no estaríamos ante un fracaso, y, un timo
Pero es que si queremos saber lo importantes que somos cada uno para Dios
Lo que nos ama, uno a uno
Sólo tenemos que pensar en la Cruz, en El Crucificado
Y, si queremos mostrarle nuestro amor, sólo un poquito, sólo tenemos que mirar y ayudar al Crucificado
Que no está precisamente en las imágenes, que son sólo símbolos
Si no en todo ser humano que sufre
Por eso, aprovechó también para agradecer, y comentar el dibujo de la portada. ¿Dónde está Jesús realmente? Evidentemente, no en la imagen ante la que la pareja reza con devoción, si no ante el pobre, cuyo rostro ni miran, ahí si está crucificado de verdad