La Eucaristía no es el Sacramento para mí, es el Sacramento que nos hace uno, que nos hace cuerpo
Es decir no es el Sacramento alienante, que aleja de los otros, que sume en una falsa mística, no, y, quien lo entiende así lo entiende muy mal; porque muy lejos
Por eso, María, al poco de concebir a Jesús, el símil, más cercano a la comunión eucarística, no se queda orando en silencio en Nazareth, va atender a su pariente
La Eucaristía, pone en camino, en movimiento, es alimento para el camino, pero no, para el camino de la muerte, sino para el camino, que recorremos cada día, La eucaristía, no me centra en mi yo, sino que me lanza hacia los otros, yo recibo a Jesús, como a Jesús, pero lo mismo, ha hecho, el otro, y, el otro, y, como Jesús no se divide, y, sólo hay uno, todos hemos recibido el mismo, Jesús nos une, sin saberlo somos uno, como el Padre, Jesús, y, El Espíritu Santo son Uno, el Uno, por excelencia, La Eucaristía no es solo El Cuerpo glorioso sacramentado de Jesús, sino que nos hace Cuerpo unos de otros, por eso, si no lo hacemos un rito trivial, si no volvemos a Jesús un ídolo, nos va lanzar siempre en busca del otro, a curar las heridas del otro, no importa de que tipo, y, nos va llevar también a dejar que cure las nuestras