Dios rompió las cadenas que ataban a Jesús a la muerte
Dice un salmo “Soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava rompiste mis cadenas, te ofreceré un sacrificio
de alabanza”
Estas palabras. A quien mejor le
cuadran es a Jesús, que como hombre, es siervo e hijo de Dios, es hijo de su
esclava, así se llamó a si misma María, “yo soy la esclava del Señor”
Y, Dios rompió las cadenas de la
muerte que habían aprisionado a Jesús, resucitándolo
Y, ahora Jesús renueva de forma
incruenta su Sacrificio, por medio de
los sacerdotes, en el Sacrificio incruento de La Misa, que actualiza lo
sucedido en el Calvario, y, en la Última Cena, y, al mismo tiempo, desde el
Cielo, con La Iglesia Triunfante, Él alaba y adora al Padre en nuestro nombre,
porque Dios glorifico a su Siervo Jesús, a su Hijo Jesús