domingo, 10 de mayo de 2020

Sólo Dios puede enseñar a orar, sólo él provoca el encuentro

 Sólo Dios puede enseñar a orar, sólo él provoca el encuentro

Por supuesto que podemos aprender plegarias, rezos de muchas personas, en primer lugar de la familia, los catequistas, profesores, maestros, sacerdotes, otras personas

Por supuesto que van a ser personas como nosotros las que nos van introducir en la oración, pero serán instrumentos de Dios

Sólo Dios puede enseñarnos poner en nosotros la necesidad de orar, no de recitar formulas en plan mágico para que se haga nuestra voluntad, no, sino de orar para conocer la Voluntad de Dios, para pedir perdón, y, pedir, alabar, agradecer-

Y, esto Dios nos lo va enseñando poco a poco, cómo pues mientras oramos y rezamos, sin darnos cuenta, como la mamá va enseñando a Pedrin que por mucho que patalee no le compra el helado, la mamá sabe que le haría daño

Sólo Dios va provocar el encuentro, a veces nuestra oración es sequedad entonces tenemos que recurrir a las plegarias, o al silencio, con ganas de tirar la toalla, es como cuando llamamos a un amigo, y, nos sale el contestador, pues si nos interesa le dejamos el mensaje.

Luego el amigo, cuando le parece nos sorprende con su llamada, miramos el teléfono, y, vemos que es el amigo, y, si de verdad es amigo, dejamos lo que estemos haciendo, como el ejemplo es de amigo humano, lo de dejar se entiende, si se puede y, lo atendemos, hablamos con él

Dios hace lo mismo. Cuando quiere de repente trae a nuestra mente una frase de La Escritura, un texto que se nos muestra claro a veces para indicarnos lo que hemos de hacer, o corregirnos, o felicitarnos, y, es el mismo que cuando fuimos a orar no, nos decía nada, puede ser un texto también de una lectura espiritual, otras sentimos la necesidad de hacer examen de conciencia, de ir a Misa, de rezar el Rosario, de llamar a una persona a la que no llamamos desde hace tiempo, es decir de amar al prójimo. Otras nos hace rumiar un texto una Palabra, o estar en silencio admirando su obra en la creación, viendo un bebé, el campo, el mar, el rio, un gato, un perro, un árbol, da igual nos lleva a una oración sin palabras
O, nos explica lo que no habíamos entendido por otros, y, no siempre personas sagradas es decir sacerdotes

Y, todo eso forma parte de la oración.

Y, es cuando él quiere. No le importa lo que estemos haciendo.