En la oración aprendemos a acomodar nuestra voluntad a la de Dios
En la oración aprendemos a acomodar nuestra voluntad a la de Dios, no como pretenden las cadenas que sea Dios quien se acomode a la nuestra
Dios por medio de la oración nos va educando, nos va enseñando, en la oración de petición aprendemos, aprendemos a reconocer que somos criaturas, y, que precisamos a nuestro Padre Dios, aprendemos a reconocer que no podemos solos
Aprendemos no lo que pretenden las cadenas de oración, que Dios haga nuestra voluntad, que se acomode a nuestros deseos, sino que aprendemos como Jesús en el Huerto, a acomodar nuestra Voluntad a la del Padre, a quedarnos confiados en sus brazos paterno materno; como dice el Salmo, "Acallo y modero mis deseos como niño destetado en brazos de su Madre, así estoy yo, en brazos de mi Dios", vamos aceptando su Voluntad, a veces con gozo, otras con lagrimas, hasta llegar a La Casa no sabremos porque Dios, no hizo nuestra voluntad, porque ese ruego no fue entendido, pero ya el Espíritu nos hace ver, que fue así porque lo decidió él que nos ama de verdad, y, como el bebé al que la madre niega el pecho, porque no lo precisa, o le niega cualquier tontería, y, le da un jarabe amargo para curarlo, y, el bebé el niño patalea, pero al poco se aferra a la madre y, se duerme en sus brazos, asi nosotros, pero esto es un aprender poco a poco, y, el maestro es el propio Dios. El curso dura toda la vida.