miércoles, 27 de mayo de 2020

Los primeros cristianos sabían que las persecuciones no eran un castigo de Dios

Los primeros cristianos sabían que las persecuciones no eran un castigo de Dios, que los amaba,

Y, como los amaba los trataba igual que a Jesús, que es su Hijo, su Amado, ellos guiados por El Espíritu Santo, sabían que tenían que responder al Amor de Dios con Amor, y, ese Amor era hacer lo que le agradaba, no por castigo, no por miedo a nada, por Amor, sabían que su vida, chocaba con la de los paganos,  que  el César quería que se le adorase, es decir  que no se pusiera nada delante suya, ni los dioses, los dioses que simbolizaban todo lo bueno y malo, que al Imperio, le interesaba al lado del Emperador, y, eso se confesaba con la adoración ritual, los cristianos sabían que al oponerse, estaban diciendo que había 1 Dios de verdad, que estaba por encima del César, su vida chocaba con la del Imperio, consideraban iguales a todos,  es decir el Imperio decía que un esclavo no era una persona, ellos que sí, compartían mesa hasta con sus enemigos,  los paganos no
no compartían cama, los paganos sí...
Por eso los llevaban ante el César o sus representantes, para que demostrasen que pese a "esas tonterías", eran fieles les mandaban reconocer como dioses al Emperador, al panteón de Júpiter y familia, etc.
No lo hacían por la misma razón que hacían lo anterior sólo adoraban a Dios, los condenaban a muerte, y ellos no se alegraban, eso es de las pelis de romanos, pero no desesperaban , buscaban refugio en la oración como Iglesia se apoyaban unos a otros, sobre todo se apoyaban en Jesús, sabían como Jesús que tras su martirio, que sufrían por ser cristianos, por ser otros Cristos, tras su Cruz, les esperaba la Resurrección, no veían un castigo sino una bendición de Dios, y, morian perdonando, porque como Jesús sabían que sus verdugos, "No sabían lo que hacían"

Hoy en Oriente medio, Siria Pakistan, Indía, siguen haciendo lo mismo

Hoy en Occidente muchos se consideran mártires porque les han sacado una cruz, ante la que no rezaba ni el cura, y que un día fue puesta, no para recordar al Crucificado, sino para recordar que unos hijos de Dios, habían matado a otros hijos de Dios.