sábado, 16 de mayo de 2020

Jesús nada consigue para si mismo con amarnos.

Jesús nada consigue para si mismo con amarnos.

Al amarnos Jesús no consigue nada para sí mismo, él como hombre es hijo natural de Dios, el Cielo es suyo, todo fue creado para él: amarnos no le añade nada, no crece en Santidad, porque esta unido personalmente al Verbo de Santidad infinita, si podía en su vida mortal en apariencia haber ese crecimiento, pero no era por nosotros, sino por su unión con el Verbo que hace que sean uno.

Entonces, por qué nos ama Jesús, porque nos ama, hasta el punto de entregar su vida por nosotros, hasta el punto, de aceptar la cruz

Nos ama, porque ama al Padre, El Padre nos creo como regalo para él, le encomendó que no, nos perdiese, y, eso procura, somos el regalo del Padre, el Padre nos creó, por eso nos ama, por el Padre al que adora, somos imagen del Padre; y, por eso porque ama al Padre, quiere ver su imagen limpia en nosotros, por eso nos limpia con su sangre

Nos ama, porque es de nuestra familia humana, es hijo de Adam, pero este hijo de Adam, que es el hombre Jesús al cual desde su concepción por la unión personal con el Verbo de Dios, Dios  le concede que pueda decir sin mentir que es Dios, que es Uno con el Padre, y, El Espíritu Santo, este ser humano no existiría si Dios no hubiera previsto rescatarnos con su Sacrificio redentor, El Verbo existe siempre no tiene tiempo, pero Jesús hombre es creado, y, sin redención no existiría, por eso nos ama

Nos ama, porque él que es hombre, fue tentado, tentado de verdad, eso de que Dios no puede ser tentado no pinta nada, porque fue tentado el hombre, y, Dios venció en el hombre; y, Jesús que llego a sudar sangre, que pasó por la tentación y el miedo a la muerte, estando unido al Verbo como esta, siente ternura por nosotros sus hermanos, cuando pasamos por lo mismo

Y, por eso nos ama, y, acepto redimirnos por Amor al Padre, y, de ese Amor nace el Amor a nosotros, y, su recompensa, sus méritos nos los regala, y, obra en nosotros si le dejamos para hacer el bien, y, el Padre lo premia como si lo hiciera él

Nos ama con corazón de carne, glorioso si, pero de carne. Fijándonos solo en su naturaleza y ser humano.