Nos abre el corazón para que se vean nuestras inseguridades
La Palabra de Dios, dice la Carta a los Hebreos, es como espada de doble filo, que penetra hasta el tuétano del alma.
Una espada de doble filo es una espada que corta por todos lados, y, así es La Palabra de Dios, que no es sólo La Biblia, cuando la acogemos como tal
Penetra en nuestro corazón, va sacando capas, nos va mostrando nuestras inseguridades, nuestros miedos ocultos, nuestros pecados, pero al mismo tiempo nos va curando, pues nos hace reconocer la culpa y pedir perdón
Y, al confesarnos pecadores, Dios nos declara justos.