jueves, 28 de mayo de 2020

Sólo Dios nos puede curar de nuestros ídolos.

Sólo Dios nos puede curar de nuestros ídolos.
La idolatría es una enfermedad del alma una ceguera muy grave, que hace que tomemos por dios lo que no lo es. E incluso aunque no lo llamemos dios abiertamente, es decir no hace falta, un altar, una imagen, esa es la idolatría menos peligrosa, sino el hecho de divinizar realidades, hechos, personas, nosotros mismos, cosas que si son buenas, es decir no tienen porque ser malas. Pero a las que ponemos en el lugar que sólo a Dios corresponde
Cuando una persona vive en absoluto por y para
Cuando el origen primero y destino de lo que hace piensa, o dice es…
Cuando uno pone en primer lugar y en último….
Cuando uno esta dispuesto a todo para no perder para tener eso en sentido absoluto
Esa cosa, hecho pensamiento objeto material o inmaterial etc esta siendo convertido en un absoluto, en dios esta hecho principio y fin, y, sólo Dios es principio y fin

Y ahí entra desde la salud, al trabajo, la religión, si la religión se puede hacer un ídolo, del propio Dios si nos deja hacemos un ídolo, porque además los ídolos son prácticos como son dioses muertos, cachivaches de hechura casera, se pueden usar para zascarle al prójimo y luego guardarlos en el armario

La idolatría no es tanto el decir te adoro puedo adorar al Dios que hay en esa realidad en esa persona,  sino el dar a esa persona etc. Lo que a Dios corresponde

Y, se pueden idolatrar los bienaventurados, La Virgen, sí como todo, si uno los pone en el lugar de Dios, aunque con La Virgen es más difícil, porque te zasca

Pues bien el reconocer uno que tiene que “romper su ídolo” y volver a Dios y convertirse, no puede hacerlo sólo,, es algo en lo que Dios tiene que intervenir, a veces rompiendo el ídolo, mostrando que eso en lo que habíamos puesto toda el alma no vale para nada,, que es caduco, que se puede perder, que lo hemos perdido…