Jesús vino a sacarnos de nuestras cadenas de lo que nos hiere, vino a liberarnos.
Y, esas cadenas son el pecado en primer lugar, pero no nos libera sólo del pecado, nos libera de nuestros miedos, del miedo a nosotros mismos, al mostrarnos que ni la muerte tiene la última Palabra.
Nos libera de nosotros mismos, al demostrar que su Sangre puede curarnos de la lepra y el cáncer del pecado
Nos libera del miedo al mundo, pues él lo venció y con él vencemos
Nos libera de nuestros dioses, de nuestro falso dios de miedo, y, nos muestra al Padre, al Espírtitu Santo, a si mismo Dios, Uno y Trino de Amor
Por eso el cristianismo es la Religión de La Libertad y si alguien sea quien sea, nos presenta un dios de miedo, de justicia colérica no le hagamos caso, porque ese que nos presenta no es Dios, será dios