Si rechazo la Gracia de Dios me
expongo a quedar sin ella
Vamos a ver, esto no va de la
tontería de uno que invitaron a un retiro no fue, y, se murió esa noche, pues
murió sin ir a un retiro, que no es
ningún precepto
O, el otro que lo invitaron a confesarse, e ídem
No, va de cuando yo, tú el otro,
rechazamos conscientemente, o más o menos consciente La Gracia de Dios, una
Gracia, por la soberbia, o la falsa humildad, de pensar, “yo no pierdo el tiempo en eso”; “eso para que me vale”, “a mis años” etc.
Eso va hacer, no que uno se vaya
ir al infierno, sino que esa gracia que iba ocasionar otras, porque unas llevan
otras encadenadas no se den
Pongo un ejemplo personal
Desde adolescente casi niña, y,
motivada por mi madre, que era mucho más avanzada en temas de Iglesia que yo,
tal vez, porque vivió una guerra, yo
iba al Octavario por La Unidad de los cristianos, en mi parroquia, aparte de
eso, fui educada en el respeto a los demás cristianos, y, demás creyentes, no a
los no creyentes.
Pues bien gracia a mi asistencia
al Octavario, al respeto que en mi parroquia se tenía, y, se tiene a los otros
cristianos, yo entre a formar parte del grupo de animación ecuménica de la
diócesis de Santiago, si no fuese al Octavario no llegaría nunca a ir, pues en
las demás iglesias a las que acudía, el ecumenismo la búsqueda de La Unidad,
apenas se nombraba
Y, el caso es que ya en el grupo,
dirigido por grandes sacerdotes, conocí a personas que hoy tengo por amigas, cuya
formación era superior a la mía, y, que me ayudaron a formarme, a saber que la
formación ha de ser continua, me redescubrieron a Dios
Y, no para ahí la cosa, gracias a
estar ahí, y, por otra compañera y amiga, entre en el Movimiento bíblico
Y, todo empezó, por ir a un
Octavario, todos los años
Esto fue solo un ejemplo