viernes, 31 de mayo de 2019

Si rechazo la Gracia de Dios me expongo a quedar sin ella


Si rechazo la Gracia de Dios me expongo a quedar sin ella

Vamos a ver, esto no va de la tontería de uno que invitaron a un retiro no fue, y, se murió esa noche, pues murió sin ir a un retiro, que no  es ningún precepto

O, el otro que lo invitaron a confesarse,  e ídem

No, va de cuando yo, tú el otro, rechazamos conscientemente, o más o menos consciente La Gracia de Dios, una Gracia, por la soberbia, o la falsa humildad, de pensar,  “yo no pierdo el tiempo en eso”;  “eso para que me vale”, “a mis años” etc.

Eso va hacer, no que uno se vaya ir al infierno, sino que esa gracia que iba ocasionar otras, porque unas llevan otras encadenadas no se den

Pongo un ejemplo personal

Desde adolescente casi niña, y, motivada por mi madre, que era mucho más avanzada en temas de Iglesia que yo, tal vez, porque vivió una guerra,   yo iba al Octavario por La Unidad de los cristianos, en mi parroquia, aparte de eso, fui educada en el respeto a los demás cristianos, y, demás creyentes, no a los no creyentes.
Pues bien gracia a mi asistencia al Octavario, al respeto que en mi parroquia se tenía, y, se tiene a los otros cristianos, yo entre a formar parte del grupo de animación ecuménica de la diócesis de Santiago, si no fuese al Octavario no llegaría nunca a ir, pues en las demás iglesias a las que acudía, el ecumenismo la búsqueda de La Unidad, apenas se nombraba

Y, el caso es que ya en el grupo, dirigido por grandes sacerdotes, conocí a personas que hoy tengo por amigas, cuya formación era superior a la mía, y, que me ayudaron a formarme, a saber que la formación ha de ser continua, me redescubrieron a Dios

Y, no para ahí la cosa, gracias a estar ahí, y, por otra compañera y amiga, entre en el Movimiento bíblico

Y, todo empezó, por ir a un Octavario, todos los años

Esto fue solo un ejemplo