La Ley de Dios es interna a nosotros
Pero no de forma explícita, todos
queremos el bien y rechazamos el mal, nos duelen los demás, a partir de ahí,
tendremos que formarnos según nuestra fe, que orar para que la Ley la voluntad
de Dios se grave de verdad en nuestro corazón, y, sea la que nos rija