Leyendo la Biblia de otra forma.
“La entrada de Jesús en Jerusalén”
Me acerco no como a un hecho
histórico sino a un hecho vivo
Jesús necesita un burrito, un
pollino, un asnito para entrar en su Ciudad Jerusalén, pero este burrito tiene
unas características
Primero está atado, amarrado no
es libre tiene dueños, pero Jesús como Dios es dueño de todo, tiene derecho al
burrito, al asnito
El asnito, el burrito, al estar
atado, no puede ir a Jesús, y, Jesús no se puede servir del, para ir a su pueblo
Segundo, es un burrito que nadie
ha montado nunca, nunca ha llevado a nadie a ningún sitio
Ahora la actualización, el
burrito son todos los que están amarrados por la ignorancia, el
desconocimiento, los prejuicios, el miedo a la sociedad, al que dirán etc. estos aunque sean cristianos, no son
medio para que Jesús vaya a su pueblo, y, ellos al estar amarrados, no pueden
aunque Jesús los llamé ir
Por lo tanto los discípulos de
Jesús, tenemos el deber de desatar a los demás de la ignorancia, el desconocimiento, los
prejuicios, el miedo a la sociedad, al que dirán etc. para que Jesús pueda por medio de ellos
ir a los demás
Ojo, desatarlas no montar a Jesús
en “el burrito”, Jesús se sabe subir al burrito, los evangelistas nos dicen que
Jesús, se montó encima, no que lo
subieran
Cada uno de nosotros, tú, yo,
somos el burrito, todos tenemos que mirar y ver que nos ata, que nos impide ser
vehículo de Jesús, dejar que nos desaten, y, si nadie lo hace pedírselo a
María, Ella lo hará encantada por Jesús
El burrito nunca había sido
montado, es decir no había servido a nadie, esto tiene algo positivo, no había
sido un vehículo de malvados, pero tampoco de gente buena
Él que no hayamos hecho mal a
conciencia, daño a otros está bien, pero si no hemos hecho bien, pues
está mal, es decir no basta
Un ejemplo no basta robar, hay
que condenar el robo, sin condenar al ladrón, hay que enseñar a no robar y
compartir, y, es solo un ejemplo
Por último la gente extendía
sus mantos para que pisaran las pezuñas
del burrito, no era por él, sino por el Jinete
Cuando nos alaben por algo bueno
que hayamos hecho, recordar que esa alabanza es de Jesús, que es nuestro Jinete