viernes, 3 de mayo de 2019

Leyendo la Biblia de otra forma. “La entrada de Jesús en Jerusalén”


Leyendo la Biblia de otra forma. “La entrada de Jesús en Jerusalén”

Me acerco no como a un hecho histórico sino a un hecho vivo

Jesús necesita un burrito, un pollino, un asnito para entrar en su Ciudad Jerusalén, pero este burrito tiene unas características

Primero está atado, amarrado no es libre tiene dueños, pero Jesús como Dios es dueño de todo, tiene derecho al burrito, al asnito

El asnito, el burrito, al estar atado, no puede ir a Jesús, y, Jesús no se puede servir del, para ir a su pueblo

Segundo, es un burrito que nadie ha montado nunca, nunca ha llevado a nadie a ningún sitio

Ahora la actualización, el burrito son todos los que están amarrados por la ignorancia, el desconocimiento, los prejuicios, el miedo a la sociedad, al que dirán  etc. estos aunque sean cristianos, no son medio para que Jesús vaya a su pueblo, y, ellos al estar amarrados, no pueden aunque Jesús los llamé ir

Por lo tanto los discípulos de Jesús, tenemos el deber de desatar a los demás de la  ignorancia, el desconocimiento, los prejuicios, el miedo a la sociedad, al que dirán  etc. para que Jesús pueda por medio de ellos ir a los demás

Ojo, desatarlas no montar a Jesús en “el burrito”, Jesús se sabe subir al burrito, los evangelistas nos dicen que Jesús, se montó encima,  no que lo subieran

Cada uno de nosotros, tú, yo, somos el burrito, todos tenemos que mirar y ver que nos ata, que nos impide ser vehículo de Jesús, dejar que nos desaten, y, si nadie lo hace pedírselo a María, Ella lo hará encantada por Jesús

El burrito nunca había sido montado, es decir no había servido a nadie, esto tiene algo positivo, no había sido un vehículo de malvados, pero tampoco de gente buena

Él que no hayamos hecho mal a conciencia,  daño a otros  está bien, pero si no hemos hecho bien, pues está mal, es decir no basta

Un ejemplo no basta robar, hay que condenar el robo, sin condenar al ladrón, hay que enseñar a no robar y compartir, y, es solo un ejemplo

Por último la gente extendía sus  mantos para que pisaran las pezuñas del burrito, no era por él, sino por el Jinete

Cuando nos alaben por algo bueno que hayamos hecho, recordar que esa alabanza es de Jesús, que es nuestro Jinete