Dios no infunde miedo, si no
Fuerza, y Amor
Aunque a veces algunos versículos
de la Biblia, sacados a voleo, parezcan decir lo contrario, Dios no infunde
miedo, Dios, el Dios de Jesús, los ídolos no cuentan, nunca infunde miedo, sino
Fuerza, y, Amor
Cuando por ejemplo, leemos en la
Biblia que Dios le dice a Jeremías, que no tenga miedo a las gentes, que hable,
porque si no, él hará que tenga miedo de verdad, es una forma de hablar, como
cuando una madre le dice a su hijo, que
suelte la tijera, que se va cortar, no es que la madre, quiera que se corte, ni
lo vaya a cortar, es que sabe que puede pasar. Dios lo mismo, es más Dios lo
ve, y, sabe que si uno calla, por miedo pues llegará un día que no abrirá la
boca
Tampoco hay que confundir el miedo con el temor, el temor, es
lo que se siente por la persona que se ama, o por la que se tiene un gran
respeto, y, una gran admiración, y, uno tiene la sensación de no estar a su
altura, de que puede haber algo que no sea de su gusto, el desear lo mejor, que
lleva a esmerarse, es lo que pasa, cuando recibimos un amigo, sabemos que no va
dejar de ser nuestro amigo, porque le sirvamos un café aguado, pero vamos hacer
lo imposible por darle lo mejor, y, siempre nos va quedar la duda, de si
habremos hecho algo mal
Con Dios lo mismo, pero más
elevado, él pensar que pueda disgustarle en algo, el temor que no son
escrúpulos de si, el arrepentimiento fue sincero y como debe ser, el temor a
ofenderlo, porque lo amamos. Eso no es miedo, es temor, el Santo Temor de Dios,
y, eso si lo infunde Dios mismo
Junto con él da Fuerza, para
obrar, o para desistir en la obra, pues
hace ver que nuestra naturaleza, nuestra condición no sería capaz
Da alegría, el Dios de Jesús
siempre da alegría, el dios que da miedo, que va a la caza, ese a paseo es un
ídolo
Dios da alegría, pues sabes que
nunca te dejará, si tú lo dejas te buscará, hasta el ultimísimo instante,
respetando tu libertad
Si te caes te levanta
Si sufres sufre contigo
Si ries, si gozas goza contigo
Te ayuda por medio de sus
criaturas
Que pena que algunos educadores
enseñaran a sus hijos y pupilos un ídolo estúpido que andaba de cazador, en
lugar del Dios Padre Madre Providente