Jesús Templo santo de Dios
destruido y restaurado
El Templo de Jerusalén, era el
único lugar del mundo, donde se daba culto al Único Dios, pero ese Templo
santísimo, fue prostituido, los sacerdotes y levitas, se movían por ganancias,
lo que tampoco era extraño pues no esperaban nada, más allá de esta vida
visible, y, sin fe en la Trascendencia, pues uno mira por el bien más cercano
Por eso, Dios abandono el Templo
de Jerusalén, allí los hombres ya no podían encontrarlo, y, como toda casa
vacía se cayó, por eso, Tito lo destruyo, por supuesto que lo que hizo Tito,
estuvo mal, fue el atentado a la religión judía, pero es que aquello, ya no era
un lugar sagrado, Dios en realidad se había hecho Un Templo, Un Templo que se
hizo él mismo, en el que habita, y, en el cual, y, desde el cual, todos los
seres humanos pueden acceder a Él, es más, sólo acceden lo sepan o, no desde
Él, y, ese Templo es el Hombre Jesús
En el habita la divinidad, pues
es además de hombre, La Segunda Persona de Dios, y, donde esta Una, están las
otras 2
Porque en Jesús, se unen el
hombre y Dios en una sola persona
Porque Jesús es Sacerdote según
el rito de Melquisedec, y, es sacerdote eterno, por voluntad del que lo eligió,
que es el Dios de Israel
Porque Él Jesús toca los dos
vértices es Dios, y, es hombre, condición de todo buen Mediador, pertenecer a los dos puntos entre los que
media, y, serlo de verdad, en igualdad de condiciones
El Templo de Jesús es su Cuerpo,
es decir su Humanidad, y, esta fue destruida prácticamente en La Cruz, pero
Dios lo restauro en la Resurrección,
Por eso el Libro del Apocalipsis
dice, que no vio Templo, en La Jerusalén celeste, porque el Templo es Jesús, el
Cordero degollado, pero en pie, es decir muerto y resucitado
Y, por ello los evangelistas,
hablan de la destrucción del Velo del Templo, que separaba lo Santo, del
Santísimo, donde sólo podía acceder el sacerdote. El sumo sacerdote una vez al
año
Y, Juan narra el corazón de Jesús
traspasado por La lanza, porque es ahí, donde se rasga “el Velo”, lo que nos
separaba de Dios, del Padre, y, ahora en Jesús, en el cual todos somos
sacerdotes, sacerdocio común, todos tenemos entrada al Padre, no un día al año,
a cada instante
Por eso Jesús es el Templo de
Dios