miércoles, 1 de mayo de 2019

escorpiones del desierto, el roquedal y el Mana divino


Los escorpiones del desierto, el roquedal y el Mana divino

El libro del Éxodo, y, los  profetas recordaran que Israel cruzo el desierto, donde abundaban los escorpiones, cuya picadura es mortal, donde no había agua, sino roquedales, rocas secas, bajo un sol abrasador, pero habla también del Mana divino, el alimento que Dios dio a su pueblo, para alimentarlo

Y, eso qué me dice a mí, porque si es sólo la historia de un hecho del pasado, no me sirve. Pero la Palabra de Dios es viva

Y, ahí habla de la Iglesia, de mi vida y de la tuya que somos Iglesia, y, parte de La Iglesia

Los escorpiones son  todas esas situaciones, personas, demonios,  tentaciones en suma, que escondidos en la tierra, es decir  ocultos bajo formas inocentes, progresistas, conservadoras, etc. tratan de alejarme del Camino del Evangelio, de Jesús, y, a veces consiguen herirme, consiguen herirnos, más de las que nos gustaría, pero Dios tiene un antídoto para nosotros. La Sangre de su Hijo

Los roquedales son  para unos la noche oscura, las dudas, el hastió en la oración, el sentir a Dios a veces lejos, aunque sabemos está a nuestro lado, las pruebas y momentos duros de la vida, que todos tenemos unos más y otros menos, y, ahí donde nos parecía que no íbamos a soportarlo, podemos con ello, porque aunque no lo veamos Dios nos sostiene, y, de esas rocas, de esos roquedales sale agua, de aceptación, de crecimiento, de amor. No de resignación, que la resignación, sólo tiene de común con el ser cristiano, las letras r, n, i, a, o.

Y, el Mana, es el alimento que Dios nos da  para seguir adelante
Es la ayuda que nos da por otras personas
Es La Escritura
Y, sobre todo, es La Eucaristía, si no la hacemos un ídolo