viernes, 17 de mayo de 2019

A veces se quiere orar, y, al mismo tiempo no se quiere, por qué





A veces se quiere orar, y, al mismo tiempo no se quiere, por qué

A veces uno se encuentra con el deseo de rezar, de hacer oración, pero al mismo tiempo, se dice que es una pérdida de tiempo, que hay cosas más importantes que hacer…

Porque el Maligno, quiere alejarnos de Dios, alejándonos de la oración, si puede ser, pero no vamos hacer un demonio ex machina, para cargarle con nuestros fallos

Lo que sucede es que la oración es una asignatura pendiente, y, aquí si puede ya intervenir la tentación

Muchos aprendimos a orar, a rezar para pedir y eso es bueno, es reconocer el poder de Dios, lo que ya no lo es, es que confundamos la oración con la extorsión, a Dios es cierto le podemos pedir lo que nos de la gana, Él nos dará lo que debe darnos, y, no, nos va sacar las castañas del fuego, eso es cosa nuestra

El pensar si Dios no me ha concedido lo que le pedir, no me ha obedecido, seguir rezando es perder el tiempo, aunque no lo digamos así, es no saber nada de oración, ni de Dios, olvidar que Dios actúa por las causas segundas. Pero hay más es posible que yo, no quisiera lo que estaba pidiendo

Supongamos que mi ruego fue atendido, y, que me diga ya no tengo nada que pedir, porque voy a rezar, perder el tiempo

En realidad tenemos que pedir todos los días precisamente lo que no pedimos al menos con frecuencia, y, que es lo que nosotros no podemos alcanzar

La Fe
La justicia
El triunfo de la vida
La conversión empezando por la propia
La unidad de los cristianos
La paz, pero la de verdad
Todo lo demás vendrá incluido

Además de la oración de petición, está la oración de Acción de gracias que debía de ser la más practicada, pero a veces  ni siquiera cuando creemos se escuchó nuestro ruego la hacemos, mucho menos cuando creemos tontamente que no tenemos nada que agradecer a Dios, cuando se lo debemos todo, empezando por la existencia

La oración de alabanza,  puede nos surja la idea, de para que necesita Dios mis alabanzas, mis elogios, pues para nada, pero el orante para mucho

De contemplación en silencio ante un paisaje natural, un bebé, un animalito admirando la obra de Dios dejando que Él si quiere hablé a tu alma

De rodillas o sentado en un  banco ante el Sagrario, sin tontos devocionarios, en silencio o leyendo fragmentos de la Escritura, o rezando la estación

Se nos antoja perder el tiempo, si no es por algo concreto

Tomar el rosario, y, rezarlo meditando reflexionado los misterios, si no es para pedir algo, nos decimos que es una tontuna

Tomar La Biblia, un libro de espiritualidad serio, una encíclica, etc., leer la en silencio, hacer pausa, volver a leerla, para escuchar “Su Voz”, y, que él nos pida lo que quiera, nos felicite, nos reprenda, nos mande

Pérdida de tiempo, si acaso leemos rapidito, como si fuese la prensa, y, nos quedamos tan panchos

Luego vamos como vamos, todo por no tener oración