Es Dios mismo quien me lo garantiza en La Sagrada Escritura,
no enemigos de carne, que eso, pues no tendría mucho mérito, sino los enemigos
invisibles, sobre todo los compañeros de viaje
Dios primero con el don de Inteligencia, me ayuda a
distinguir el bien del mal, a saber cuál es su voluntad
Con su gracia me da fuerza para optar por Él
Y, así luchar contra cualquiera de los 7 enemigos mortales,
o capitales que me dominen, o contra sus hijos
Pone a mi disposición los medios de lucha por medio de La
Iglesia, estos medios son la oración, y, los sacramentos
Si me hieren me ayuda a reconocer la herida, y, si quiero,
Él mismo la sana con la Sangre de su Hijo
De esta forma en cada lucha, el enemigo, va siendo derrotado
Y, al final si dejo a Dios ser Dios, seremos Dios y yo, los
vencedores
Mejor dicho lo es siempre Dios
Pero eso exige lucha
Porque en este terreno no hay milagros
Y, bueno pues cada uno conoce su punto, puntos débiles