En la hospedería monástica
Cuando en la cuarta semana del
pasado mes de agosto, mi hermana y yo, llegamos al monasterio de las monjas
benedictinas de Trasmaño, en Chapela ( Redondela) no podíamos sospechar la
riqueza de las relaciones humanas que nos aguardaban allí. Después de
acomodarnos en los cuartos asignados, nos incorporamos al rezo de la oración
litúrgica de la tarde, las Vísperas, y, poco después compartamos cena con los
otros huéspedes: tres matrimonios de variada procedencia y profesión; dos
hermanas coruñesas y un profesor de filosofía madrileño: conocimos en la mesa
también a un compañero sacerdote, canónico de una histórica y monumental catedral de Castilla.
Todos llevaban ya varios días en la hospedería, y, tenían organizada una
tertulia después de cenar.
Cuando, al día siguiente, comente
con un amigo, la variedad de huéspedes presentes en el monasterio, le faltó
tiempo para decirme que el conjunto era tan variado que se parecía al comienzo
de una novela de Agatha Christie.
Os huéspedes
Éramos de distintas procedencias
y ocupaciones. Además del compañero canónico, y del profesor madrileño,
contábamos en el grupo con tres directivos de empresa, un informático, un constructor y un promotor
de proyectos de ingeniería. Entre las mujeres una pedagoga social ejercía su
profesión como técnica asesora en la protección de menores en una comunidad
autónoma, en la primera tertulia los
temas fueron tratados con fuerza. Lo más grato fue el clima de comunicación y
de escucha. Aparecieron temas candentes,
tratados con fuerza en el intercambio de puntos de vista. Pero esa
fuerza y ese entusiasmo no produjeron descalificaciones ni subida del tono de voz, ni disputas polémicas entre los contertulios.
Lo más sobresaliente de aquella tertulia fue la selección de los temas, la
variedad de posición ante ellos y la calidad de escucha sin interrumpirse,
aguardando el momento de intervenir. Todo eso sin moderador ostensible, solo
con la prudente y positiva actitud de los participantes.
Ocasión de hablar de lo que no se habla
En la tertulia los temas se iban
sucediendo como si hubiese entre unos y otros hilos invisibles que los
enlazaban. De la constatación gratísima de compartir la oración y el silencio
de la comunidad, de asombrarnos de la naturalidad y familiaridad de la acogida,
y, la relación con los huéspedes, de la alegría patente que mostraban en sus
semblantes escapamos a repasar el problema de las vocaciones, y, la lamentable
carencia de sensibilidad y formación religiosa, de la pobreza rastrera de los
tópicos y prejuicios antirreligiosos más comunes en muchos ambientes. Hubo
tiempo para el problema de la vocación a la vida consagrada, al ministerio
sacerdotal, y a la vida familiar entendida cristianamente. La visión plana
puramente terrenal y secularista de la vida, también mereció sus momentos de
reflexión y diálogo
Las monjas
Once mujeres forman esta
comunidad asentada desde los años 80 del
pasado siglo en la parroquia de San Vicenzo de Trasmaño, una guía del viajero
constata que se alza sobre Rande y la
ría de Vigo. Dejaron su histórico monasterio en La Guardia, convertido hoy en el Hotel San Benito, y tras
una búsqueda angustiosa de soluciones, y, de ayuda económica construyeron este
nuevo monasterio, con hospedería con instalaciones adecuadas, austeras,
sencillas pero confortables, viven de su trabajo, la fabricación de cierta
clase de galletas que se distribuyen por toda Galicia. Podemos decir que en el
interior del Monasterio hay una fábrica de galletas y pastas de nata muy
acreditadas que son el sustento de esta familia monástica
Gustad y ved
Durante tres domingo seguidos del
mes de agosto el salmo responsorial invitaba a hacer la experiencia de saborear
la alegría, y, no sólo eso sino también el
feliz sosiego y la paz viva del encuentro con Dios. Los monasterios, por el
tipo de personas que los habitan ofrecen la oportunidad óptima para esa
degustación.
En Trasmaño una hojita impresa
informa a los huéspedes de los horarios y normas mínimas de convivencia y, el
orden en que se deben guardar. En ella las monjas incluyen las advertencias de San
Benito en la regla de La Orden. “Al huésped que llegue a la puerta del monasterio
trátesele como a Cristo.
Bien acogidos y tratados con
tanta honra los huéspedes de las benedictinas, al marcharse van con unas
gotitas más de sabiduría adquirida en esos días, y con el propósito de
asemejarse a Cristo el Señor.
Publicado en gallego en Pobo de
Deus el 9 de septiembre de 2018
Por D. Andrés García Vilariño,
párroco de La Iglesia de Santiago en La Coruña
Ahora la forma en la que este sacerdote firma en "Pobo de Deus" A.G. V.
Ahora la forma en la que este sacerdote firma en "Pobo de Deus" A.G. V.