martes, 26 de febrero de 2019

Cuida de todas y cada una de sus ovejas, sanas y enfermas





Cuida de todas y cada una de sus ovejas, sanas y enfermas

Para el buen pastor, todas sus ovejas tienen la misma importancia, él no descuida a las enfermas ni a las sanas. Las cuida por igual, a las sanas evitando que se enfermen, alejándolas con su cayado, de los precipicios a los que se encaminan, apartándolas de comer hierbas que le puedan dañar, enfrentándose cuando es preciso a las fieras

A las enfermas, curando sus heridas, cargándolas al hombro,  luchando a brazo partido con el lobo aunque  resulte herido

Bajando al más profundo barranco, para rescatarla, y, subirla cargada a sus hombros, jamás dice, “estas en el barranco ovejita, pues no te hubieras caído”, pero si la oveja se mete bajo una peña, si se resiste al pastor, este no puede hacer nada más que llorar su oveja