Aprovechar los momentos de Luz que Dios concede.
No es que tengamos que estar pendiente de ellos, o que
centremos nuestra vida en los mismos, pero cuando Dios nos los da, debemos
aprovecharlos, porque suelen durar muy poco
Es ese momento en que sin saber porque, sin haberlo planeado
ni pensado, sientes ganas de entrar un momento en una iglesia, de pararte a
orar frente al mar, la montaña, el río, sin palabras, o con palabras
De adorar a Dios acariciando un niño, un perrito, un gato,
un cordero, etc
De quedarte en silencio, oyendo su Voz callada en tu
interior
De escribir para comunicar su Amor
De llamar aquel amigo, conocido
De pedir perdón
De dar perdón
De tomar La Biblia abrirla, y, “escuchar su Voz”
Cuando estando en una iglesia en una novena, rosario,
excepto La Misa, sientes deseos de arrodillarte, y, hablar solo con Él
Y, también cuando de pronto, notas que debes de hacer
aquello, estudiar Biblia, teología, meterte en un grupo de ecumenismo.
Cosas que no habías pensando, pero que Él te esta diciendo
quiere que hagas
Si no se aprovechan puede que no vuelvan, o puede que sí,
pero si no vuelven uno se habrá perdido mucho
Por eso debemos aprovecharlos
No tener una fe ritual, estancada, de bolsillo, una fe
farisea, si no abierta al Espíritu, que como vendaval, y Fuego llega e incendia