Hola os escribo desde La Casa del
Padre, o mejor desde su Corazón infinito, bueno me olvidaba de presentarme, me
llamó Jonás, aunque en realidad ese no es mi verdadero nombre. Los que sabéis
beber de La Sagrada Biblia, conocéis mi historia, porque hay un pequeño libro,
que lleva mi nombre, ya me estoy liando.
Desde el Corazón del Padre, estoy
viendo que repetís mis errores, aunque yo entonces tampoco los vea así, de
existir entonces las redes sociales lo que hubiera escrito
Veréis era yo un buen judío, un
buen creyente, casi como el joven rico, aunque ese es algo repelente. Como buen
judío sabía que no debía juntarme con los paganos, los gentiles, ya sé que
desde que el Hijo de Dios, se hizo hombre, y, fue nuestro Mesías, los gentiles
han entrado, habéis entrado en La Iglesia, en el Pueblo de Dios, pero os hablo
de siglos antes. Así pues retomo lo dicho, no podía juntarme con paganos,
gentiles porque eran malas personas adoraban ídolos, a los que ofrecían
sacrificios humanos, ahora también pero no lo llamáis así, lo llamáis por
ejemplo. Interrupción del embarazo, para que la diosa comodidad os permita el
viaje, comprar el piso, o no cargar con el hijo enfermo, o lo llamáis
eutanasia, pero no voy a hablar de vuestros pecados, sino de mi, los gentiles
además de hacer todo aquello, nos hacían todo el daño que podían, no todos
claro, pero si por ejemplo los ninivitas, es decir los habitantes de Ninive, ni
os cuento lo que hacían, casi eran como
la sociedad de vuestros siglos XX y XXI, pues bien, un día, me llego el
aviso de parte de Yhv, del Dios de Israel de que fuese a su tierra a Ninive, y,
les dijese o que se convertían de su mala vida, o, Ybv el Dios de Israel los
iba destruir.
Yo me dije, pero es que Dios no
sabe dejar a la gente como el pobre Jonás, tranquila, si los va destruir de
todas a todas, porque vamos a ver, como se va convertir esa gente, que cree en
los ídolos, porque se lo diga un judío como yo, mientras no me maten tendré
suerte, pero el caso es que eso es perder el tiempo, además después de lo que
nos han hecho. Vosotros podeis pensar en un judío, un gitano, etc yendo hablar
a un nazi de perdón de conversión, o cualquier otro ejemplo.
Por eso tome la decisión de no
ir, y, me embarque rumbo a España, a Tarsis, creo que ahora se llama Marbella,
no llegue, Él que cuando se empeña en salirse con la suya, se sale, mando una
tormenta, me echaron al agua, me trago una ballena, interpretarlo como os de la
gana, el caso fue, que acabe en Ninive, y, les hable, les di el mensaje. Y,
paso lo que no esperaba que el rey, mando hacer penitencia, que desde hombres a
animales se vistieron de saco y ceniza, ayunaron, implorando misericordia. Y,
ahora viene lo bueno, Dios les perdono, si así, porque sí, porque es que a Yhv
perdonar le chifla, ni un castigo pequeño, les perdono todas sus barbaridades,
yo estaba enojado. Entonces nació una plantita de ricino, y, llego a ser tan
alta, que cuando me tumbaba en el campo a reposar, cubría mi calva, y, evitaba
que el sol me dañase, de pronto se secó por un viento solano, y, me enoje
mucho, hasta maldije, Dios entonces me hablo con cariño, me pregunto si tenía
razón en enojarme por el ricino, que es planta de poca duración; respondí que
sí, que lo tenía, y, El Señor me dijo, tú si tienes derecho a quejarte por un
ricino, y, Yo, no iba tener piedad de la gran ciudad de Nínive, donde hay
hombres que no distinguen su derecha de su izquierda, y, tantos animales. Y,
entonces lo supe, siglos antes de otro judío el Apóstol Juan, lo escribiese,
supe que Yhv, es Amor, ama a todos, amaba a los ninivitas, porque los había creado, a los hombres, pero
también a los pobres animales, que pagan sin saberlo a veces nuestros pecados,
porque los amaba, me había mandado a mí, y porque los amaba les había hecho sin
que lo supieran pues no eran muy listos, arrepentirse y confía en Él. Y, porque
me amaba a mí, no me había dejado llegar a Tarsis, podía haberme hundido en el
Hades, bueno no, porque es Amor, podía haber dejado que me hundiera en el
Hades, en lugar de eso, me hizo llegar a Ninive, me asoció a su plan de
salvación, para el que no me precisaba, y, por ello dejo se escribiese mi
historia.
Y, ahora acabo mi carta, con un
consejo, cuando Dios te diga, es decir cuando sientas en el corazón que debes
denunciar el mal, la injusticia, decir a otro que esta obrando mal, sea una
sola persona, o un grupo, hazlo no te escudes en que no te va hacer caso, que
es caso perdido, porque para Dios no hay casos perdidos. El ama a todos
Desde el Cielo con cariño el
profeta Jonas