Dios echo sobre sus hombros
nuestros pecados, y para que no fuera sólo un símbolo se hizo hombre de verdad
Los asumió los hizo propios, como
si los hubiera cometido él mismo, pero como eso es imposible, y, sería solo un
símbolo, se hizo hombre de verdad, no súper hombre, hombre sin pecado, porque
con los nuestros le sobraban, y, en su humanidad los asumió de tal modo
Que pidió perdón por ellos, a si
mismo en cuanto Hijo eterno, al Padre, y, al Espíritu
Y, ofreció su muerte en la Cruz,
y su vida, y su resurrección, para que se le perdonasen, si, digo bien, se le
perdonasen, pues los hizo suyos, al encarnarse
Y, ahí tiene su perdón que brinda
a todo, él que lo quiera
Es gratis
Para él no, a él le costó La Cruz
Nuestro Dios no es alguien que
pase de nosotros
La Encarnación y La Cruz lo dejan
bien claro