jueves, 28 de septiembre de 2017

convertirse es más que hacer penitencia



Convertirse es más que hacer penitencia, es un cambio radical
Es verterse a, es decir entregarse, verterse a Dios entregarse a Dios por eso en esta vida, no concluye nunca, “conversión”, no arrepentimiento del mal hecho, o del bien no hecho
Por poner un ejemplo
Una persona que ha robado
Se arrepiente, pero eso no significa que este convertida, el arrepentimiento, puede tener muchos motivos, muchas causas, miedo al deshonor, a la cárcel, al infierno, etc.
El convertirse es dar un cambio radical, y eso, solo Dios lo puede hacer, mientras eso no se produzca, y, Dios lo puede hacer, pero no lo hace sin nuestro permiso
Cuando el que robaba, devuelve lo robado, aún no hay conversión
El que robaba, devuelve lo robado, y, ya no roba, hay un paso pero aún no s la conversión
No solo ha devuelto lo robado, y, no roba sino que comparte lo que tiene con sus hermanos
Hay paso de gigante, pero aún falta, eso si no hubo caída, y, empezar de nuevo
A lo anterior se añade que comparte hasta con sus enemigos
Casi, casi
Vive enteramente desprendido, no hace nada contra su conciencia, por tener, ni por no tener, defiende lo que en justicia legal es suyo, más por el bien de los otros que por el suyo propio, pero si por la fidelidad al Evangelio ha de dejarlo, lo deja, tiene todo a disposición de todos, ateniendo a lo que Dios quiere, su corazón es pobre porque no tiene riquezas
Esa es la conversión, y, valdría el ejemplo para cualquier mandamiento o situación
Tampoco es la  conversión tener ictus cerebrales, no, no hay que ver nada, ni sentir nada
El cambio se tiene que ver, sobre todo cuando el pecado, la perversión era pública, se tiene que ver y se ve, cuando todo sigue igual, es que todo sigue igual

Si una persona, si yo me convierto, y, sigo haciendo, o diciendo lo mismo, esa conversión no es tal