Pedir auxilio, quejarse a Dios es
ejercer la esperanza
Si, quejarse como Job, como
Jesús, que la oración no es ñoñería como algunos devocionarios, que parece
“rezos tontos, hechos para ser rezados por un tonto, a un dios tonto”, queja
que por supuesto no es blasfemia, no es rebeldía, como el niño pequeño que
patalea
“como niño destetado, esta mi
alma en brazos de Yhv, hace decir el Espíritu Santo, al salmista
Nos quejamos a nuestros padres,
pues mucho más al Padre del Cielo que todo lo puede, y, nos ama más
Pero del mismo modo, que Carlitos
de 4 años, pide no le den el jarabe, en lugar de hacerle comer lentejas, y,
merendar el jamón york, le den golosinas, y sus padres no lo hacen, porque lo
quieren, y, Carlitos no deja por ello de quererlos, y no los dejaría por nadie,
y sabe que lo quieren y protegen, aunque al otro día, vuelva pedir las mismas
tonterías, cuando sea mayor, y, sus
padres se lo recuerden se reirán
Así nosotros, nuestra queja no es
perder la esperanza, sabemos que Dios siempre quiere lo mejor para nosotros
aunque no lo entendamos, lo haremos
cuando con su gracia, seamos “adultos en el Cielo”, es decir Santos, aunque en
este caso habría que decir, niños, pero de verdad