domingo, 24 de septiembre de 2017

Cristianos de hoy, convencionales, convencidos, y convincentes


Las palabras convencional, y convencido, aunque son semejantes, proceden de palabras latinas, muy distintas. Convencional, procede de  "convenire" que significa "llegar juntos", mientras que "convencido" viene de "cunvincere", que significa vencer juntos. aplicadas como adjetivo, al sustantivo cristiano, dan pie para una reflexión necesaria y pertinente hoy en día

No es preciso ser un sociólogo competente, para describir y comprender los trazos del cristiano convencional. los diccionarios definen la persona convencional, como aquella poco original y acomodaticia. Dichos hechos o costumbres son convencionales, los que se atienen a las normas mayoritariamente observadas.

Diremos, entonces que un cristiano convencional, es un cristiano que no vive su fe como novedad; que tiene construida  la practica religiosa sobre una base de fe recibida en la familia, asumida en el entorno social,  e integrada en él, de tal modo que la fe, nunca sera sal, ni levadura de nada, mas bien se mundanizara a cada paso. sus practicas religiosas integran nunca provocan, ni interpelan. Para el cristiano convencional fácilmente la religiosidad va  derivando en folclore, reducida a espectáculo y pura tradición familiar

El cristiano convencional exhibe sobre todo su fidelidad a la tradición piadosa familiar, y, se centra en el cumplimiento de las normas. Recibe con desagrado las innovaciones en el culto, y se muestra reticente, ante las llamadas a hacer revisión, o actualización de su fe. Las motivaciones de su comportamiento religioso pueden ser sinceras, asumidas desde la infancia, pero están asentadas en la vida, de una forma inautentica, pues lo importante no es Dios con su Amor, ni Cristo con su Presencia, sino los mandamientos, lo que siempre se hizo, el cumplir. La religión no le da motivos de alegría, sino obligaciones, e imposiciones aceptadas aunque  molestas. Para un ateo el cristiano convencional es un argumento más para no creer. En él se muestra una  religiosidad ni razonada ni razonable, unas practicas ajenas a la vida, y, a las realidades cotidianas; un Dios que tiene más de mago impredecible que de Padre entrañable, o Amigo fiel.

Podemos definir  como cristiano convencido, el cristiano que vive su fe con dignidad y alegría, y con sentido de pertenencia a la comunidad eclesial
vayamos por partes

a) que vive. para el cristiano convencido, la fe no es un conjunto de creencias o ideas, un modo de pensar, sino que forma parte de su vida, y, por lo tanto  las actividades que se desenvuelven en esta, nacen de la fe, la promueven, la comunican, la contagian. La fe es una experiencia no una idea

b) con dignidad. la fe del convencido, es una  fe cuidada, cultivada, amada. Una fe que supero las contradicciones, y penalidades de la vida, que atendió a la necesidad de estudiar, comprender, pensar, leer, preguntar. El resultado un cristiano que no sólo no esconde su condición de tal, ni se siente cohibido frente a las interperlaciones del agnosticismo, o de la ignorancia petulante del "postureo" racionalista, sino que muestra la consistencia de una vida integrada en la actualidad cultural y social y con positivas aportaciones a la convivencia y a la cultura actúal


c) con alegría. El cristiano convencido experimenta cada día, el encuentro con El Señor resucitado, no como ilusión o proyección mental, si no como verdadero y real encuentro, que da lugar a la oración personal, no hecha tanto de rezos como de silencio, o canciones. La religión no es para él un catálogo de normas, sino una actitud intima y honda, asentada en el corazón.Cuida la fe y la nutre del 
"trato de amistad con Cristo", Tal como definía la oración. Teresa de Jesús en Ávila. Esta experiencia de amistad con Cristo es fuente de gozo y serenidad, de paz interior y de hondura en el modo de encarar las circunstancias de toda la vida. Esta alegría se derrama, se esparce en el talante en la empatía de que hace gala en su relación con todas las personas


d) Con sentido de pertenencia a la comunidad eclesial. para el convencido La Iglesia  no es una institución exterior a él. Es su hogar, su familia. No es una institución con la que simpatiza más o menos, es el aire, con que respira, la mesa  en la que come, los hermanos con los que crece en la amistad con Cristo, y, en la alegría de la fe. La pertenencia eclesial se concreta en la implicación y colaboración en algunos grupos, o equipos de acción parroquial o de asociaciones de laicos

Publicado en "Pobo de Deus", en gallego, por el Rvdo Padre D.Andrés García Vilariño, párroco de la colegiata, profesor de teología del Hogar de Santa Margarita, y, profesor jubilado de religión de La Escuela de formación del profesorado. En La  Coruña