sábado, 13 de marzo de 2021

Puertas cerradas


Ante Jesús no valen las puertas cerradas. 

Es inútil cerrarle las puertas, él va entrar igual, si decidimos cerrarnos, no escuchar a La Iglesia, al Papa, a los obispos en comunión con él, a las buenas personas, no formar nuestra fe, no orar, sólo rezar para exigir, no estudiar ni orar la Biblia, porque decidimos. no querer saber nada de Jesús, aunque digamos que  es de La Iglesia, de la Religión de lo que no queremos saber nada; Jesús nos asaltará igual, lo hará de cualquier modo, de la manera que menos pensemos a lo mejor la conciencia, un recuerdo de infancia, una persona con la que hablamos de cualquier tema, un programa de tv, un libro profano; a muchos ahora por "un bichito miserable", y, lo hará hasta el último instante de nuestra vida, porque a Jesús a terco no le gana nadie, y su Papá le encargo que no perdiese ni dejase perder a ninguno de sus hermanos, naturalmente si persiste el no de nuestra parte, no insistirá, pero entonces habremos optado por el infierno.