Jesús se hizo pecado por nosotros.
El Levítico proclamaba maldito a todo él que colgaba del madero, es decir a los crucificados y ahorcados, morir en una cruz, o en una horca, era la mayor desgracia, deshonra, vileza, porque era "morir maldito"
Por eso a los crucificados, no se permitía se ejecutarán dentro de la ciudad, aunque Roma solía pasarse por el forro la prohibición, para eso era el Imperio, y, llenaba los caminos de crucificados, pero si de ellos de las autoridades judías dependían se hacían extra muros, fuera de la ciudad, en el lugar más impuro.
Que en el caso de Jesús, fue el Calvario, o monte de la Calavera
Por ser condenado a muerte de cruz, dejaba claro a vista de todos, que no era El Esperado, ni un profeta, Dios no dejaría que su Mesías acabase en una cruz, ni uno de sus profetas, que acabase como un maldito
Y, por si fuera poco, la condena la había proferido un gentil, un idolatra, lo que agravaba más la indignidad, pero habían estado de acuerdo y la habían solicitado las autoridades religiosas, las mismas de las que Jesús había dicho, que no las imitasen pero que las obedecieran, pues tenían la autoridad de Moisés, y, la condena había sido por el mayor pecado, por blasfemo, aunque a Roma le hablasen de impuestos, por blasfemo, por decirse Hijo de Dios, por igualarse a Dios.
Muchos pensarían si resulta que es Hijo, Su Padre, va intervenir, vendrán ángeles a sacarlo de La Cruz, y, pobres de nosotros, pero aunque lo insultaron, le instaron que bajara de La Cruz, El Padre Dios no hizo nada, tanto que con el Salmo 22, el mismo Jesús se quejo de su abandono
Dios trató a su Hijo, como a un maldito, como al más impío de los seres humanos, y en realidad lo era, Él que no tuvo pecado, que es Fuente de Gracia y Santidad, era a los ojos del Padre que lo engendra eternamente, era en su humanidad, unida al Verbo, el mayor de los impíos y pecadores, pues se había echado sobre los hombres, sobre sí mismo, todos los pecados pasados, presentes, y futuros de la humanidad, sin dejar ninguna de nuestras monstruosidades fuera, por eso se veía según los Salmos como un leproso, un ser indigno, un por eso dirá Pablo, "Se hizo pecado por nosotros", y, al morir en La Cruz, mató nuestro pecado, Su Sangre nos limpio, el perdón ya está otorgado, El que es Bendito por los siglos de los siglos, por toda La Eternidad, se hizo maldito, para que nosotros fuésemos benditos, no tenemos que hacer nada más, que pedir su perdón él que nos consiguió con su Sacrificio, y confesarlo con nuestra vida.
No hay culpa que no pueda diluir su sangre, sólo hace falta querer y querer en serio
Por eso no podemos nunca desconfiar de la Misericordia de Dios, otorgada en Jesús; pero tampoco dar a nadie por condenado pues por el más impío Cristo estuvo en La Cruz