Los cristianos no podemos estar encerrados y con miedo. El Libro de los Hechos, nos cuenta que los discípulos después de la Ascensión del Señor, estaban encerrados con miedo a los judíos, a las autoridades religiosas del Pueblo de Israel, fue necesaria la Venida del Espíritu Santo, para empujarlos fuera, para lanzarlos al mundo.
A nosotros también nos hace falta ese empujón de La Ruha divina, porque no podemos encerrarnos por miedo, y, encerrarnos no trata de cerrarnos en casa, o en las iglesias, sino en nuestra mente, en no actualizar nuestra fe, no vaya ser que la perdamos; a algunos les vendría de perlas, para después recuperar la Fe cristiana y eclesial, y, perder la fe en tonterías; a no formar parte de movimientos bíblicos, ecuménicos, no vaya ser
Porque La Fe como todos los talentos que Dios nos ha dado, tiene que dar fruto o esta muerta, porque es preciso hacerla crecer, pero no sólo la fe todas las virtudes; prudencia sí pero no miedo, el siervo de las parábolas, no fue recriminado por perder la mina, o el talento, sino por no ponerlo a producir, tenemos que ser valientes, y, no encerrarnos, tal vez nos haga falta tratar más al Espíritu Santo, y, para ello quien mejor que María los primeros cristianos, oraron con Ella, vino Él y el miedo se esfumo. hagamos lo mismo