domingo, 21 de marzo de 2021

Marta y la adúltera hablan de Jesús


Jesús desde la visión de Marta y de la adúltera.

Mi nombre es Marta, mi hermano Lázaro era amigo de Jesús desde que eran niños; cuando Jesús el Maestro empezo su vida de predicador ambulante; nos distanciamos un poco, aunque luego volvimos a reanudar los encuentros, él solía venir a nuestra casa, con algunos de los suyos.
Yo aunque nunca lo había visto, había oído hablar de sus poderes de curación del Don que el Altisimo, le había concedido, por eso cuando enfermo Lázaro y viendo que nada hacían los médicos; decidimos mi hermana María y, yo, mandarle recado, nos dijimos son tan amigos, al menos que lo pueda despedir con vida, antes de que baje al Sheol,

Por eso me dolió mucho que no viniera, y, que dijese al hombre que mandamos que aquella no era una enfermedad de muerte; sino para gloria de Dios, para que el Hijo del hombre fuese glorificado. No lo voy a negar me sonaron a blasfemia, y, mi hermano murió, de la enfermedad que supuestamente no era de muerte

Cuando ya hacía 4 días del sepelio, apareció con los 12, aún no sé porque me arrodille a sus pies y le llamé Señor, pero lo regañe le dije  que de haber estado él allí Lázaro no habría muerto

Me respondió que mi hermano resucitaría, yo pensé hablaba de la Resurrección del levantarse los muertos cuando venga El Mesías; entonces me dijo cosas que yo no entendí, me dijo que quien crea en él no morira jamás, que él es la Resurrección y la vida. 
Me pregunto si lo creía, y le dije que sí, ya no tenía dudas era el Mesías, pero cuando pidió sacasemos la losa de la tumba le recordé que llevaba 4 días muerto y apestaba, me volvió recordar “mi fe”. Entonces recuperé a mi hermano Lázaro como si nada hubiése pasado.

A los pocos días en La Pascua el Maestro fue detenido y condenado a muerte de Cruz, y, El Cielo no hizo nada por salvarlo, entonces tuve miedo, miedo de que quienes lo condenaron tuvieran razón, aunque me negaba a aceptarlo, nos llegaron noticias de que había resucitado de que lo habían visto algunas mujeres, pero otros seguían diciendo que habían robado su cuerpo

Ahora estoy aquí con un grupo inmenso de judíos de todo el mundo, han venido porque hoy celebramos la promulgación de La Ley de Dios en el Sinai, y, agradecemos las cosechas. 
A todos nos ha parecido sentir como un terremoto, un aire calido que lo envolvió todo, y, de pronto los 11, porque falta Judas Iscariote, los 11 y todos los que los acompañan entre ellos La madre de Jesús, y, otras mujeres se han puesto a hablar en lenguas que entienden todos.
La gente se ríe y dice que están borrachos, Pedro que nego segun me dijeron a su Maestro, se asoma, pero no pide disculpas, dice que no están borrachos, y, habla de la profecía de Joel, luego nos habla de Jesús, nos echa a todos la culpa de su muerte, pero nos consuela diciendo que esta vivo
Todos preguntamos que hemos de hacer para salvarnos; yo también, ni se me pasa por el corazón, pensar que no tuve nada,que ver, tampoco pidieron su muerte los que llegaron de Asiria, o de Grecia, ahora sé que el Maestro era mucho más, era el Dios de la vida, nos bautizamos los tres mi hermana María, mi hermano Lázaro y yo, bueno somos bautizados.
Hay a mi lado una mujer que quiere hablaros pero me ha dicho que guardemos en secreto su nombre, se acaba de bautizar, os dejo con ella

Shaloom hermanos no voy a daros mi nombre, no quiero que ello pudiera manchar la fama de mis hijos.
Mis padres me casaron muy joven en un matrimonio pactado, como es normal, yo no amaba a mi marido aunque era buena persona, así que me líe con otro, hay más cosas por el medio, pero ahora sólo importa el Maestro, el caso fue que a mi amante y a mí nos pillaron in fragantí, y,  fui llevada frente al Rabi Jesús, que estaba hablando a un grupo de gente. 
Al verlo me eche a temblar si era como decían un hombre justo, aceptaría mi lapidación, ellos le recordaron que así lo mandaba La Thora, durante un rato, estuvo como si fuera un niño, la verdad es que tenía cosas de crío de 3 años, estuvo haciendo monigotes en la tierra, luego como insistían se puso en pie, y dijo que adelante, yo temble toda la muerte por lapidación es horrible, de las peores que hay, Ya se disponían a arrojarme al hoyo, y, a lanzarme piedras, cuando les dijo como hacerlo. 
Él que primero de ellos estuviese sin pecado, debía lanzarme la primera, se fueron todos, no podía ser menos si eran honestos con ellos mismos, ya que La Thora mandaba matar a cualquier pecador no sólo a las adulteras como yo. 
Nos quedamos solos los dos, yo ni me atrevía a mirarlo, se agacho no sin antes cubrirme con su túnica, me sonrío, y, con cara de pillo me dijo. ¿No te han condenado?, le respondí “No Señor”, entonces serio, muy serio me dijo, yo tampoco te condeno, pero en adelante no peques más
Me fui agradecida pero sin entender todavía mucho, me reconcilie con mi esposo que era discípulo del Maestro no del grupo de los 12, y, nos sorprendió su arresto y mucho más su condena a muerte de Cruz, pero ahora lo entiendo, él murió la muerte de la que me libro, de la que nos libró a cada uno, pues todos somos pecadores desde el vientre materno. Como os dijo Marta me acabo de bautizar, me acaban de bautizar. Toda mi vida quiero agradecer a mi Dios no sólo que se hiciese hombre, sino que haya pagado con su vida, la muerte que merecía yo, y, en algo peor que una lapidación

Quería deciros que no creais nunca a los que os digan que Dios no quiere a los pecadores, que los busca para condenarlos, porque a nadie amá más, os lo digo yo, la adultera de la que os hablá Juan.