domingo, 21 de marzo de 2021

Mujeres valientes VII. Hulda o Julda profeta


 Mujeres valientes VII. Hulda o Julda la profetisa

Esta mujer es llamada profeta en La Sagrada Biblia, profetisa; es bastante desconocida, por cierto un profeta no es quien predice el futuro, sino quien habla al pueblo en nombre de Dios de pecado y llamada a la conversión.

Nos habla de ella 2 Reyes 22, 11. 20 y  2 Crónicas 34, 22, 28

Este es el contexto

La consulta a Hulda.

Cuando el rey oyó las palabras del libro de la Ley rasgó sus  vestiduras. Y ordenó el rey al sacerdote Jilquías, a Ajicam, hijo de Safán, a Akbor, hijo de Miqueas, al secretario Safán y a Asaías, ministro del rey: «Id a consultar a Yahveh por mí y por el pueblo y por todo Judá acerca de las palabras de este libro que se ha encontrado, porque es grande la cólera de Yahveh que se ha encendido contra nosotros porque nuestros padres no escucharon las palabras de este libro haciendo lo que está escrito en él». 
El sacerdote Jilquías, Ajicam, Akbor, Safán y Asaías fueron donde la profetisa Hulda, mujer de Sallum, hijo de Tiqvá, hijo de Jarjás, encargado del vestuario; vivía ella en Jerusalén, en la ciudad nueva. 
Ellos le hablaron y ella les respondió: «Así habla Yahveh, Dios de Israel: Decid al hombre que os ha enviado a mí: ´Así habla Yahveh: Voy a traer el mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, según todas las palabras del libro que ha leído el rey de Judá, porque ellos me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses irritándome con todas las obras de sus manos. Mi cólera se ha encendido contra este lugar y no se apagará. ́ Y al rey de Judá, que os ha enviado para consultar a Yahveh, le diréis: ''Así dice Yahveh, Dios de Israel: Las palabras que has oído... Pero ya que tu corazón se ha conmovido y te has humillado en presencia de Yahveh, al oír lo que he dicho contra este lugar y contra sus habitantes, que serán objeto de espanto y execración, ya que has rasgado tus vestidos y has llorado ante mí, yo a mi vez he oído, oráculo de Yahveh. Por eso voy a reunirte con tus padres y serás recibido en paz en tu sepulcro, y no verán tus ojos ninguno de los males que yo voy a traer´".

Por este texto, pocas cosas podemos decir de Hulda: Era casada con Salúm, vestidor del rey, y vivían en la ciudad nueva, por lo que serían de situación holgada económicamente hablando. Hulda, ante el temor del rey porque las palabras de la Ley durante mucho tiempo han sido ignoradas por el pueblo, le predice que efectivamente, una tragedia vendrá sobre el pueblo infiel a Dios, pero que su penitencia (rasgar las vestiduras) y su interés en restaurar el verdadero culto, le librarán de padecerla bajo su reinado, que será de paz. El rey Josías se empeñara en el arreglo del Templo, la vida cultual y que todo vestigio de idolatría sea desterrado de entre las costumbres de Israel.


Este breve relato demuestra que Hulda sería considerada como mujer de Dios, verdadera hebrea y profetisa, al ser a ella a quien se le consulta sobre el Libro de la Ley hallado. 
Su testimonio es, además, una autentificación del mismo, lo que la une directamente con Moisés, los profetas y la Ley. 
Al estar relacionada con sacerdotes y funcionarios reales, su persona sería bien conocida por Josías.
 Sobre todo si consideramos que el rey no acude al gran profeta San Jeremías (1 de mayo). El Talmud lo explica diciendo que, al ser mujer, Hulda sería más compasiva con su persona, pero esta al empezar la profecía con un “el hombre que os envía” deja claro lo que es para ella el rey: uno más, y no le dará un trato especial.
 Siguiendo la literatura rabínica, esta nos dice que Hulda y Jeremías eran parientes, y que ambos predicaban juntos y públicamente el arrepentimiento y la conversión a Dios; él a los hombres y ella a las mujeres.

La tradición quiere ver en "la Puerta de Hulda", en el segundo Templo de Dios una conexión con la profetisa y su casa o sitio de predicación, que estarían localizados junto a esta. 
Siempre según el Talmud, la tumba de Hulda se hallaba dentro de la ciudad, junto a las tumbas de los reyes. Desde el siglo XIV otro sitio señala su localización cerca del Monte de los Olivos, en una cueva junto a la actual capilla de la Ascensión. 
Es un sitio venerado por peregrinos de todas las religiones relacionadas con Tierra Santa; cristianos, judíos y musulmanes. Hulda se inserta entre otros santos del Antiguo Testamento. 
Los menologios griegos la mencionan a 10 de abril, con estas palabras: “El mismo día, Santa Hulda profetisa". El Calendario de los carmelitas de Malinas, del siglo XVI la trae como santa propia a 2 de abril, recogiendo que en Oriente es el 10 del mismo día.

Fuente de datos Religion en libertad
Hulda es una mujer valiente, una mujer que no teme decir la verdad de enfrentarse a los poderosos incluído al rey de Israel

próxima Irene Villa