jueves, 12 de mayo de 2022

Pablo como a un aborto


Pablo como a un aborto
Pablo en La Primera Carta a los corintios, dice que al final, Jesús se le apareció a él, como a un aborto, a él que no es digno de ser cristiano...
Muchas veces se pasó por alto, esa forma de referirse a sí mismo, “un aborto”
Pero como él mismo escribe en otra de sus cartas, y, lo hace bajo el aleteo de La Ruha divina; Pablo dice, “Todo lo que ha sido escrito para nuestra enseñanza fue escrito”; cierto que él pensaba en el AT, pero tú, yo, nosotros sabemos que eso es para toda La Escritura, también como no, para los escritos de Pablo
“Un aborto”, es el parto de un niño que nace antes de que su formación este acabada, y, por ello no puede vivir fuera de la madre, aunque en ocasiones en abortos tardíos se consiga la supervivencia.  Eso lógicamente no pasaba en la época de Pablo, no había incubadoras
Pablo es decir Saúlo es un judío digamos de clase media, con una buena formación teológica judía, que no entiende es incapaz de abrir su mente y su corazón al Nuevo Camino, tanto que inicia una persecucción a muerte, llevado por su fe farisea.
Pablo  nace, sale de la fe judía en la que no se enfrenta a nadie, y, lo hace como un aborto, nace muerto, nace antes de tiempo, porque conociendo toda La Escritura, conociendo el poder de Dios, y, habiendo orado por la venida del Mesías no sabe verlo en Jesús
Saúlo no es nadie, es un aborto del judaísmo, su destino es pasar a la historía como uno de los grandes perseguidores de la fe cristiana
Pero Jesús sale a su encuentro, lo tumba, y, lo lleva “a la incubadora” que es La Iglesia, esa Iglesia a la que es llevado de la mano, en la que lo recibe Ananías, donde es introducido por el agua del bautismo; y, así tras un proceso en él que incluye su tiempo en Asía, su encuentro con Pedro y otros
Saúlo deja el paso a Pablo el Apóstol, un hombre nuevo, recién nacido, un hombre que lo dará todo por Jesús
Como a los niños nacidos casi al límite y que a veces leemos que han conseguido que sobrevivan en incubadoras, Jesús consiguió que Saúlo reviviese en su Iglesia, y de Perseguidor lo hizo Apóstol.