No mirar el Cielo sino la tierra porque el Cielo está en la tierra
En el Libro de Los Hechos 1, 6,11. Se cuenta de forma poética la Ascensión de Jesús, y, al final, aparecen dos ángeles, que dicen a los que están allí. “Que hacéis mirando al Cielo...”
Hace ya creó cerca de dos años, en La Voz de Galicia, en el chiste gráfico que publican en gallego, aparecía un hombre de rodillas rezando, mirando al Cielo, mientras a su lado unos se ahogaban, otros sufrían de otro modo; pero el hombre miraba al Cielo, bueno a las nubes, no recuerdo que frase lo acompañaba
Para mí aquel chiste, había sido cosa de La Ruha divina, aunque su autor no fuese creyente cosa que ignoro
Porque claro que tenemos que rezar, mejor dicho que orar, pero lo que no podemos es quedarnos de brazos cruzados, sin ayudar al que sufre, sin luchar contra el mal, pensando en visiones, en tontas discusiones teológicas, en sí El Señor Jesús va venir ya, no tiene que venir está ya aquí
O Acaso no confesamos que se sentó a la Derecha de su Padre, y su Padre que no tiene derecha ni izquierda pues Dios no tiene límite está en todo lugar
No podemos quedarnos mirando al Cielo, aunque lo hagamos alguna vez y es bueno, que lo hagamos, porque el Cielo está aquí en la tierra, y, tenemos que servir a Dios, sirviendo a los hombres y mujeres
Porque un día, nos recuerdan los ángeles como se lo recordaron a aquellos primeros, El Señor Jesús volverá, pero vendrá como Juez, como León, no ya como Cordero, y, nos preguntará que hicimos mientras él sufría, pasaba necesidad de cualquier tipo, se cancelaban sus derechos...
Y, no, nos va a felicitar por haber estado mirando al Cielo en lugar de trabajar en la tierra.
Aquellos primeros eran inteligentes, así que se agarraron a María, la Mamá, y, organizaron la primera novena mariana, todos juntos orando con María, 9 días, porque al décimo llego el Don con sus dones. Estuvieron pidiendo a Dios que envíase lo que les había prometido Jesús, para poder cumplir su misión
Y vino El Espíritu Santo, con su plenitud de Dones sobre todos, nació La Iglesia, y, se lanzó se lanzaron al mundo, a servir, a enseñar, y, si también a orar, se pusieron a mirar a la tierra, y, vaya se la cambiaron.
Les importaban las viudas, los huérfanos, los esclavos, los pobres de su momento, nosotros tenemos los nuestros
Pues pedir a Dios con María que nos de su Espíritu Santo, que nos dé fuerza para mirar a la tierra, y, así al final poder mirar y vivir en el Cielo.
