No decidimos nuestra conversión, la decide y nos convierte él
Aunque lo pensemos, a nadie decide convertirse, nadie decide arrepentirse, cambiar de vida
Saulo no tenía intención de aceptar a Cristo en su vida, de hacerse cristiano, sino de acabar con los cristianos, estaba orgulloso de su vida
De la euforia de haber hecho nuestra voluntad, de desprecio a La Ley, pasamos a la amargura de haber obrado mal; al reconcome de la conciencia, pero eso no es la conversión, y, ni eso viene de nosotros, viene de Dios es una gracia, gracia que podemos aceptar, o rechazar
Dios decide volvernos a él, y, por eso nos va dando esas gracias desde el malestar de la conciencia, a cualquier otro incluso vidas de otras personas como hizo con David, para avivarnos, y, que volvamos a él que sigue a nuestro lado, para que por la Sangre de Jesús nos pueda limpiar. Nosotros cada uno, es libre de seguir en el pecado, negandolo buscando razones psicológicas, apagando la voz de Dios, ayudados por los consejos de satan. o podemos ayudados por la Gracia, reconocernos pecadores, merecedores de castigo, e implorar Misericordia, y, en ese momento en que nos reconocemos culpables y pedimos perdón ya hemos vuelto a Dios, y, él nos declara justos, porque nos une al Justo. ya nos ha convertido a él.