Experimentar el Amor de Dios
No siempre es sensible, aunque Dios puede si quiere conceder esa gracia, pero sobre todo, lo experimentamos por la Fe, incluso si se pasa noche oscura
Es saber que Dios nos ama tanto, que te ama tanto, que me ama tanto
que Te creo, me creo, nos creo y recrea cada día, o volveríamos a la nada; sí no lo hiciera, y, lo hace sin precisarnos para nada, sin que le aportemos nada
Nos ama tanto que se abaja a hablar con nosotros, a revelarnos sus secretos de Familia
Nos ama tanto, que ante nuestro pecado, para salvarnos se hizo uno de nosotros para siempre, sin dejar de ser Quien es
Nos ama tanto que por nosotros se sometió a muerte de Cruz, murió como un maldito, para hacernos benditos
Nos ama tanto, que se queda Dios y hombre, en el Pan y en el Vino
Nos ama tanto que sí le decimos que No, nos busca, como un Enamorado, hasta encontrarnos, pero como todo él que ama, respeta nuestra libertad final, no, nos destruye porque quien ama, no destruye al amado, ni nos obliga a estar con él si no lo amamos, hasta el infierno si torpemente lo escogemos es nuestra decisión no la suya, por él, si los que han elegido el infierno se volviesen y, simplemente lo llamasen los acogería, pero su odio se lo impide, no se dan la vuelta y no pueden verlo, odian tanto que en el Cielo en Dios serían más desdichados
Decía una santa, que el Infierno existe porque Dios nos ama, y, es cierto, Dios podía obligarnos a vivir viéndolo aún odiándolo, o destruirnos, nos deja elegir, aunque nos busque hasta el último momento.
Pero no sólo experimentamos su Amor, en Recuerdos, o vivencias de Fe
Sino en la naturaleza que fue hecha para nosotros
En las personas buenas que lo son, gracias a Él
En el dolor que nos une a Él
Sólo hay que abrir los ojos del alma, y no andar por el mundo como un baúl.