domingo, 19 de abril de 2020

Jesús no quiere la condenación de nadie

Si David se dolió y sufrió por la muerte del hijo rebelde, que no hará Jesús por él que insiste en ir al Infierno.

Por el 2º Libro de Samuel, el de las Crónicas y el 1º de Reyes sabemos el dolor que sintió David por la muerte de su hijo Absalom, hijo que le había declarado la guerra, y, al que dio muerte pese a que David lo había prohibido el general de los ejércitos de David. Joab

Absalom tuvo el fin que él solito se busco, sin embargo David prefería haber sido él, el muerto

Y, David no amaba a su hijo como Jesús, el Padre, y, El Espíritu Santo nos aman a cada uno, y, quedando sólo con Jesús hombre, que ama como hombre, con corazón humano, glorioso pero humano, él que estuvo en la Cruz por cada uno, que de ser posible y necesario volvería hacerlo. No podemos imaginar el dolor, que sentirá, por él que torpemente y, libremente opta por el Infierno, por él que rechaza la Salvación, por eso busca, insiste, llama hasta el No definitivo del entupido réprobo, como Dios no puede sacar la libertad, como hombre ha de aceptar el modo en que Dios ha hecho las cosas, pero si por el peor de los que están en el Infierno, al hombre Jesús le dijese el Padre que tenía que ser de nuevo crucificado, no lo dudaría, pues su Amor es mayor que el de David por Absalom y de todos los padres, por eso los que hablan o escriben de un Jesús que se alegra y no se duele de que algunos elijan el Infierno, es un blasfemo y no sabe lo que dice.