viernes, 2 de agosto de 2019

Muchos dioses. Nosotros un Solo Dios

Muchos dioses. Nosotros un Solo Dios.

1 Cor 8,5-6

“Es verdad que algunos son considerados dioses, sea en el cielo o en la tierra: de hecho, hay una cantidad de dioses y una cantidad de señores.
Pero para nosotros, no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y a quien nosotros estamos destinados, y un solo Señor, Jesucristo, por quien todo existe y por quien nosotros existimos.”

Pablo escribe para cristianos que venían del paganismo, y, que vivían en medio de una sociedad que pagana, con muchos dioses, tenían más dioses que vergüenza

Quiere dejar clara la Unicidad de Dios, solo hay un Dios, el Padre, no está negando la Trinidad, está defendiendo La Unicidad de Dios, Dios es Uno. Uno y Trino. Ahora  insiste en La Trinidad, por eso alude al Padre, que es el Origen, sin Origen. De este Dios, el Único del Padre procede todo, lo que hay, y, a él de quien procedemos también nosotros los humanos, puesto que procede todo, estamos destinados, nuestro fin es Dios, estar en Dios es el Cielo.

Y, no se queda ahí, Pablo y, les presenta nos presenta a Jesús, al que presenta como Señor, Kryos, Adonai,  Yhv, por quien todo existe, y, por quien nosotros existimos,  es decir todo lo que hay en el universo, y, más allá, nosotros en el lote, existe por Jesús, si existe por Jesús, por Jesucristo, es que Jesús lo creo, luego Jesús crea como el Padre, pero como no hay dos dioses, es el mismo, pero son dos Personas distintas, luego Pablo ya nos esta hablando, luego la Iglesia, lo aclararía más tarde en los Concilios, Jesús es Dios como el Padre, es el mismo Dios, misma naturaleza, aunque distinta Persona, en cuanto Dios nos creó, y, nos conserva en el ser, como el Padre, y, aunque aquí, Pablo no lo nombre, y, el Espíritu Santo, pues la Trinidad actúa conjuntamente

Pero hay algo más, en cuanto que Jesús es hombre, quiere decir, que cuando Dios el Dios uno y trino, creó todo, y, nos creó, lo hizo, para que fuésemos propiedad suya, somos el regalo de Dios a Jesús, por eso, cuando rechazamos con la vida, con la desobediencia a Jesús, como Nuestro Señor, le estamos robando a Dios, su gloria, estamos diciendo. “Tú quieres que tu Hijo, el hombre Jesús, sea mi Señor, pues yo no lo acepto, y, hago lo que me da la gana”

Realmente a veces somos estúpidos, buenos si La Trinidad nos deja a nuestro aire. Siempre.