Como Abram hemos de salir a donde Dios nos lleve, porque en “la casa´ paterna” estamos llenos de ídolos”
Hemos de estar atentos al llamado de Dios, y, salir de nosotros mismos, por “casa paterna”, no se entiende un lugar físico, sino el hombre viejo, es decir nuestra vida, antes de la conversión, del encuentro con el Señor, y, esto es cosa de cada día
Tenemos que fiarnos de Dios como Abram, e ir a donde Dios nos lleve, es decir no se trata de ponernos metas, no es una carrera, tenemos que dejar que Dios sea el guía, quien marque el camino, contando con nuestras dificultades
“la casa paterna” es decir nuestro interior, está lleno de ídolos, a los que a veces confundimos con Dios, pero es el dios que nos hemos fabricado. Este salir, este ponernos a la búsqueda y en camino hacia Dios, nos hace desprendernos de esos ídolos, que ocupaban nuestro corazón